El Tejedor

 


Señor, que difícil es hablar de lo que significa nuestro carisma, nuestro ser CVX. Difícil porque no deseo enumerar únicamente aquellos componentes que lo integran: vocación personal vivida en comunidad, vocación laical, eclesialidad, espiritualidad ignaciana, universalidad, Ejercicios Espirituales de San Ignacio, principios generales, cuerpo apostólico para la misión, Su misión… Me encantaría poder hablar contigo, como un amigo habla con otro amigo sobre cómo se va tejiendo este ser cvx de forma constante y dinámica. Constante porque es un continuo a lo largo del tiempo, de la vida y dinámica porque como buen proceso, se da en movimiento. Si hablamos de tejer, estamos hablando de diferentes hebras y lo que más me gusta es poder mirar la variedad de colores, de texturas, tamaños… y aun siendo diferentes, el Maestro tejedor que ama lo sencillo, pequeño, lo aparentemente insignificante, ama todo lo que ha creado y crea con sumo mimo. Y así, se detiene y contempla el hermoso tapiz de colores que es el mundo. Se detiene en los nudos, los mira, los respeta, contempla lo que aportan. También se para ante aquellos hilos que se han soltado y de nuevo se detiene, contempla con cariño y atención su energía, su alegría y cómo participan del todo. Contempla la diversidad que va emergiendo en el tapiz. 

La primera hebra inicia la labor a partir de una Gracia, de un regalo, pues este tapiz se inicia desde Él, el origen está en Él, siempre. Como señala Leo Rock, “Dios nos eligió/para mostrarnos unos a otros/el rostro del amor de Dios; / Somos el vocabulario de Dios;/palabras vivas/para dar voz a la bondad de Dios/con nuestra propia bondad,/para dar voz a la compasión, la ternura/la solicitud y la fidelidad de Dios/con las nuestras propias.” ¿Os dais cuenta cómo de esta hebra se teje el tapiz del mundo? ¿Cómo siendo Él el artífice, nuestras manos, nuestra mirada, nuestras palabras, nuestro corazón se ponen a la escucha y al servicio de este gran Tejedor? Nuestra misión es la Suya y el estilo es al de Jesús. Participar en este tapiz, en el modo en el que Él lo teje desde nuestro ser cvx, es una vocación, una llamada cuya iniciativa, proviene de Él. Es una llamada personal. Igual que selecciona con mimo y cuidado los hilos, los toca con delicadeza, así nos va tejiendo uno a uno. Sabe esperar con cariño a que libremente tomemos una decisión en la que podamos decir “SÍ”. A partir de aquí sentimos que nos llama con otros, junto a otros. Sabe que para ser, se precisa del Otro y de los otros. Somos en relación. Por eso lo vivimos en comunidad, una comunidad que es mundial, donde se es consciente de la gran diversidad y por lo tanto de la gran riqueza y posibilidad a la que somos llamados como cuerpo apostólico. Pues en esta diversidad sentimos una gran unión de ánimos, de tal forma que aun hablando lenguas diferentes, el sentir es el mismo, incluso aunque la expresión de ese mismo sentir sea diverso. ¿Cómo puede ser? Porque Él es quien nos teje, Él es el creador de este hermoso tapiz. Porque nos conduce y enseña a colaborar con otros, a construir con otros. 

El Papa Francisco dice: ”Cuando tocamos algo, dejamos nuestras huellas dactilares. Cuando tocamos la vida de la gente, dejamos nuestra identidad […] Nada en la naturaleza vive para sí mismo. Los ríos no beben su propia agua, los árboles no comen su propia fruta, el sol no brilla para sí mismo y las flores no extienden su fragancia para sí mismas. Vivir para los demás es una regla de la naturaleza. […]”

Isabel Santos Andrés                         

Equipo Misión Espiritualidad