Testimonio encuentro 4 Estaciones desde Uruguay,

 


La semana pasada finalizamos los tres encuentros iniciales de 4 Estaciones. Para los uruguayos fue una gran oportunidad y un desafío, ya que en nuestro horario comenzaban a las 5:30 de la mañana.

Nuestro proceso de formación comenzó en setiembre del 2020 gracias al apoyo de la CVX de España que encomendó a Elena Andreoni para que nos acompañara. La posibilidad de integrarnos a una comunidad más grande de personas que ya se han formado o están en ese proceso fue una gran oportunidad.

En estos encuentros pudimos ver rostros y escuchar los testimonios de compañeros que llevan tiempo en este desafío y misión de acompañar a otros en el proceso de reparación y reformulación de su vida luego de una ruptura. Pero también nos encontramos con otros compañeros que estaban como nosotros en el camino de formación y planteaban las mismas dudas e inquietudes que teníamos en nuestro grupo.

Además tuvimos el privilegio de escuchar a expertos en distintos aspectos de la formación para esta herramienta, en lo psicológico, en lo espiritual y en la metodología propuesta. El aporte desde lo psicológico fue muy rico y fundamental para comprender los procesos y temores que experimentan las personas frente a una ruptura. El aporte desde lo espiritual fue también muy importante ya que se trata de una herramienta que contempla a la persona toda y rescata la espiritualidad como un elemento fundamental para la recuperación. Pero además pudimos apreciar la profunda sintonía entre la Espiritualidad Ignaciana y este herramienta de 4 Estaciones ya que ahí esta una de sus fuentes más ricas.

Y también pudimos recibir apoyos desde lo metodológico entendiendo las distintas actitudes, caminos y situaciones a las que nos podemos enfrentar en esta desafiante invitación a acompañar a otros en su sanación, reconstrucción y re descubrimiento de caminos a seguir luego de rupturas tan dolorosas y removedoras.

Estos encuentros tuvieron también instancias de intercambio en pequeños grupos. Allí  pudimos compartir el impacto de esta herramienta en nosotros, compartir las distintas experiencias ya sea en el proceso de formación (que es muy removedor porque toca nuestra propia experiencia de dolor) como en el de acompañar para los que ya iniciaron este servicio. Esto fue muy rico y alentador, ya que generó un sentimiento de envío para poder acompañar a aquellos que necesiten de esta herramienta.

Pero además, y como si lo anterior no fuera suficiente, tuvimos el privilegio de sentirnos parte de una comunidad grande (en personas y territorio) que quiere dedicar su tiempo y su energía a acompañar a otros. Desde el inicio nos invitaron y recibieron con un gran amor fraternal, nos abrieron las puertas y los corazones porque nos hicieron sentir muy bienvenidos, acogidos. Agradecemos infinitamente esta invitación y todas las herramientas que nos ofrecen y ya en pocos meses nos sentimos parte de este grupo tan heterogéneo en edad, historias de vida, lugares de residencia y acentos. Fue hermoso sentir que algo más fuerte que nosotros nos unía, que todos a pesar de los distintos acentos hablábamos el mismo idioma, y no sólo era el Castellano, era el de la Espiritualidad Ignaciana y el de personas que quieren dar el tesoro que hallaron para que otros puedan disfrutarlo, sanar, reencontrarse y cobrar fuerzas para seguir adelante.

Mariana

CVX en Montevideo