Participación en el Encuentro de la familia Ignaciana y en el Congreso de CVX en Francia



La CVX en Francia es muy numerosa, cada encuentro nacional moviliza casi dos mil  personas. En plena pandemia, con gran incertidumbre, un equipo comenzó a soñar con poder celebrar de nuevo un encuentro presencial. ¡Ha sido posible! Durante el fin de semana de Todos los Santos, se celebra en Marsella el festival de la familia ignaciana y el encuentro nacional de CVX enmarcado dentro de las celebraciones del quinto centenario de la herida de san Ignacio. En total, más de ocho mil personas. Marsella es la segunda ciudad de Francia en número de habitantes. Tiene marcadas luces y sombras: el alegre crisol de culturas de una ciudad portuaria y la precaria situación de los inmigrantes del norte de África.

El sábado por la mañana, a los cincuenta extranjeros que hemos sido invitados, se nos convoca en el Centro de Espiritualidad Mistral, junto con unas cuantas personas de CVX -Francia. Nos reunimos por grupos. Se nos pide que compartamos las experiencias personales y comunitarias de haber acogido a miembros de CVX de otros países, de haber sido acogidos nosotros mismos o de haber participado en encuentros  internacionales.


Todas estas experiencias le van poniendo rostro y cariño a la comunidad mundial. En este marco, Sara y yo presentamos el Reloj de la Familia, el encuentro internacional que tendremos en Manresa, celebrando los 500 años de la Herida y damos unas pinceladas sobre los distintos campos de misión a través de las infografías. Ayuda que ya tengamos publicadas en formato digital las traducciones inglesa y francesa de la guía del Reloj.



Durante la tarde del sábado, se nos invita a recorrer Marsella, a sentir y gustar la ciudad. La organización es magnífica, nos distribuyen en 17 itinerarios diferentes. Los recorridos comienzan con una oración en una iglesia, discurren por diferentes barrios, donde recibimos un testimonio sobre su realidad social y finalizan en un punto de interés turístico.

Nos organizan la cena en diferentes restaurantes del Port Vieux, intentando paliar las dificultades económicas que la COVID ha ocasionado al sector turístico. Volvemos al palacio de congresos para disfrutar de un maravilloso concierto de góspel, de esos que te renuevan el alma.



El encuentro propio de CVX comienza el domingo, con una gran eucaristía que finalizará por la tarde. Tenemos de todo: toques de humor, firmes testimonios de sobre ecología integral y desarrollo sostenible, entrevistas, expresiones artísticas (hasta pudimos disfrutar de un poema acompañado por la coreografía de un jinete y su caballo). 


En el encuentro del 2015 en Cergy-Pontoise, cerca de Paris, la invitación era de dejarse sorprender por la presencia transformadora de Dios en los encuentros cotidianos (el agua viva del pasaje de la Samaritana). En esta asamblea se nos invita a levar anclas y partir mar adentro con Ignacio (“Au large avec Ignace”). Nuestro proceso de discernimiento nacional sobre la misión va en esta línea.

Paralelamente, tiene lugar el festival de la familia ignaciana, una multitud de stands con las obras ignacianas más significativas: Magis, JSR, Centros de espiritualidad, Camino Ignaciano….


Por la noche, disfrutamos de una obra musical sobre Ignacio y sus mociones interiores. Los queridos personajes de Inside Out (alegría, tristeza, miedo, asco y cólera) transforman a un soldado en nuestro peregrino.

Finalizamos el lunes, con la eucaristía de Todos los Santos, celebrada por el arzobispo de Marsella. Comparte la homilía con la superiora de las Javerianas, un bello gesto de ceder protagonismo a las mujeres en la Iglesia.



Durante el encuentro, estábamos acogidas en casas particulares. Nos han cuidado un montón y ha sido un regalo poderse integrar durante unos días en la realidad cotidiana de una familia.

Han sido días llenos de rostros y abrazos (respetando las medidas sanitarias), de compartir a fondo y conocer otras realidades.  La llamada a partir mar adentro nos hace abandonar la zona de confort, acogiendo con alegría las pequeñas y grandes cosas que nos tocan vivir.

El aspecto celebrativo ha sido innegable, en este tiempo de pandemia aquilatamos el tesoro de poder vivir la COMUNIDAD con letras mayúsculas, representada en tantos miembros y con tantos rostros. La moción que percibimos es la de una gran consolación que calienta el alma y dispone para servir más y mejor, y reflexionando sobre el sentido y el objetivo del encuentro, justo se trataba precisamente de vivir un tiempo fuerte de comunidad para despertar el fuego de la misión y partir a nuestra vida llenos del Espíritu de servicio y alabanza.




El tiempo de encuentros personales también fue fecundo. Durante la pandemia, ha habido varios actos a nivel europeo por zoom, así que fue una alegría poder conocer en directo a personas con las que habíamos compartido grupos on line. Momento de dulce reencuentro con nuestros amigos de otros países. Hubo tiempo de estar con miembros del ExCo, que tenían su propio encuentro durante ese fin de semana y que también participaron del tiempo fuerte de la CVX, momento en el que Denis Dobblestein, presidente mundial, nos dirigió unas palabras. También hubo tiempo de estar con miembros del Consejo Nacional francés, con otros Eurolinks,  personas del Euroteam  y los encargados de la misión familia en Francia; y es así que con el roce, con el poner rostro y afectos a las personas, las relaciones se crean y se abren vías nuevas de colaboración.


También hubo un mensaje del Papa para nosotros y otro del padre Arturo Sosa, que iba a estar presente, pero tuvo que marcharse a Venezuela por el fallecimiento de su madre. Podéis ver los videos, testimonios, fotos y videos en la página web, ¡merece la pena! :

https://ignace2021.org/

Tenemos por delante un tiempo precioso de seguir construyendo comunidad, de compartir proyectos y herramientas, misión y de aprender los unos de los otros para salir mar adentro y dejarnos sorprender por lo que vendrá.

Sara Palacio Eurolink y 

Marisol Ortiz. Equipo misión familia