Respondiendo a la invitación que recibimos desde las CVX de Catalunya, del 6 al 8 de septiembre, la Comunidad de Aprendizaje para el Diálogo Cívico guiada por Elías López sj y el equipo de sociopolítica CVX, mantuvimos nuestro tercer encuentro en Barcelona.
El viernes nos
encontramos en el Casal Loyola donde nos saludamos, cenamos y repartimos en las
diferentes familias que nos acogieron en sus casas a lo largo del fin de
semana. El sábado a la mañana nos volvimos a encontrar en los locales de la
Sagrada Familia, donde estuvimos todo el día y tuvimos la oportunidad de
realizar una visita de 15 minutos a la maravillosa obra de Gaudí. A la noche
regresamos a cenar a nuestras casas de acogida y la mañana del domingo, antes
de juntarnos a trabajar en el Casal Loyola, tuvimos ocasión de ver por fuera
Santa María del Mar y alrededores con muy buenos guías.
Respecto al contenido de esta tercera sesión, comenzamos el sábado recordando qué nos había llevado a un lugar tan precioso (estábamos en el patio que da entrada a la cripta de la Sagrada Familia): ser Comunidad de Discernimiento para la Reconciliación. El término cívico nos lleva a buscar la convivencia unida a la justicia, una invitación a la Reconciliación y una llamada a establecer relaciones justas con Dios, con los otros (y uno mismo), y con la Creación.

Pero este
marco teórico nos llevó a concluir que el único instrumento real para la paz,
es la capacitación de las personas, y no sólo los métodos. También nos sentimos
aludidos al oír que una fe que no se expone no es cristiana, por lo que
nosotros, nos tenemos que capacitar para ser “expertos” en la pedagogía del
perdón para configurarnos al modo de Jesús.
Así, continuamos
con un momento de oración en el que recorrimos los anclajes fundamentales de
los Ejercicios Espirituales: Principio y Fundamento, indiferencia, rotura del
vínculo con la fuente (1ª semana), elección, humildad, dos banderas (2ª
semana), y cómo vivimos el dolor y qué esperanza brota en nosotros ante la
violencia estructural (3ª y 4ª semana). Mirando a Cristo, aprendimos que hay
que estar dispuesto a ir a Jerusalén a pesar de que se sabe que va a suponer
dolor y que hay que recuperar la humanidad del enemigo. También conocimos su
mansedumbre subversiva (perdonando en la Cruz) y vimos que Dios no se queda
atrapado en la desesperanza y el dolor, sino que las atraviesa en la
Resurrección.
A la tarde,
nos reunimos ya con los miembros de las comunidades catalanas, incluyendo
aquellos que vinieron desde Lleida haciendo muchos kilómetros. Tras un momento
común de oración basada en los anclajes de todo el recorrido de EE.EE y
compartido en rotatorios grupos de cuatro, ya estábamos dispuestos a abordar el
tema del conflicto en Catalunya desde la base de nuestra fuente, sintiendo que
lo que nos une es mucho más fuerte que lo que nos pueda separar. Así,
realizamos una dinámica denominada “círculo dentro-círculo fuera” en la que
nueve personas de diversos posicionamientos ideológicos (cinco de comunidades
catalanes y cuatro de la comunidad de aprendizaje) conformaban el núcleo y que
estaban rodeados por el resto de los componentes en el círculo exterior. Todos
participamos en la reflexión personal respecto a la situación que se vive en
Catalunya de las preguntas:
1.- ¿Qué es
lo que más me gusta de lo que está ocurriendo?
2.- ¿Qué es
lo que menos me gusta?
3.- ¿En esta
situación, por qué pido perdón?
4.- ¿A qué
me comprometo?
5.- Aquí y
ahora, ¿por qué doy gracias?

El domingo
nos volvimos a encontrar los miembros de la Comunidad de Aprendizaje con la
intención de “reflectir para sacar provecho”. Compartimos qué había pasado en
cada uno de nosotros, la experiencia en nuestras familias de acogida, qué había
ocurrido en nosotros como grupo y cuáles habían sido los aprendizajes que
habíamos realizado.
Para nuestro
próximo encuentro y divididos en grupos teniendo en cuenta el criterio de
proximidad geográfica, nos llevamos la tarea de aprender haciendo: cada grupo
hemos de realizar una “unidad de práctica de aprendizaje”. Diseñaremos un tema
de conflicto, en qué comunidad se realizará, con qué herramienta, quién nos
acompañará y cuál será la sistematización.
Por lo
tanto, llenos de agradecimiento y confiando en la ayuda del Señor, nos ponemos
a su servicio para aprender y recorrer esta nueva senda.