En diciembre de 2013 el Consejo Ejecutivo de CVX en España, a través de su presidente Alfonso Salgado, encomendó a Ainhoa Torres (CVX Caná-Madrid) y José Antonio Suffo (Equipo Formación CVX-E) acompañar el proceso de discernimiento de una joven Comunidad Ignaciana de Madrid, que, buscando su identidad y su lugar en la Iglesia, pedía a CVX ayuda en este proceso de búsqueda, queriendo además conocer nuestra vocación, por si descubriesen en CVX el lugar donde el Señor les podía llamar o no.
Integrada por aproximadamente setenta personas y teniendo como lugar habitual de encuentro la Parroquia de San Francisco Javier en el barrio de la Ventilla, está acompañada por jesuitas de varias nacionalidades que completan su formación en Madrid; a la cabeza de ellos Seve Lázaro, párroco de la citada iglesia.
El pasado 20 de diciembre de 2014, ponían fin a este proceso de discernimiento, diciendo Sí a su incorporación a CVX. Ésta se hará oficial, si Dios quiere, el próximo 21 de marzo en la celebración del Día Mundial CVX, junto con el resto de comunidades de Castilla.
A continuación nos dejan varios testimonios del proceso y de su sentir en estos momentos.
Ha sido alrededor de un año de proceso, en el que hemos tenido el regalo de vivir la experiencia de ser una comunidad acompañada por otra comunidad que le ayuda a encontrar su sitio y su identidad.
Integrada por aproximadamente setenta personas y teniendo como lugar habitual de encuentro la Parroquia de San Francisco Javier en el barrio de la Ventilla, está acompañada por jesuitas de varias nacionalidades que completan su formación en Madrid; a la cabeza de ellos Seve Lázaro, párroco de la citada iglesia.
El pasado 20 de diciembre de 2014, ponían fin a este proceso de discernimiento, diciendo Sí a su incorporación a CVX. Ésta se hará oficial, si Dios quiere, el próximo 21 de marzo en la celebración del Día Mundial CVX, junto con el resto de comunidades de Castilla.
A continuación nos dejan varios testimonios del proceso y de su sentir en estos momentos.
TESTIMONIOS
El
pasado sábado 20 de diciembre la Comunidad Padre Arrupe nos reunimos para,
después de varios meses de discernimiento, elegir como
comunidad pasar a formar parte de ese cuerpo más grande que es CVX y que a partir de ahora CVX sea nuestra forma de estar en la Iglesia y en el mundo.
Ha sido alrededor de un año de proceso, en el que hemos tenido el regalo de vivir la experiencia de ser una comunidad acompañada por otra comunidad que le ayuda a encontrar su sitio y su identidad.
Son
muchas las personas concretas que nos han ido acompañando, compartiendo con
nosotros su vocación, ofreciendo su testimonio y su tiempo, resolviendo dudas y
temores, ilusionando e inspirando, personas que han sido el mejor ejemplo para
nosotros de qué es CVX y estar en misión, poniendo rostros y nombres a esos principios generales que simplemente
leídos veíamos más lejanos. Desde Alfonso Salgado hace ya más de un año, a
la presencia constante y cariñosa de Ainhoa y José Antonio, siempre nos hemos
sentido muy acompañados.
Este proceso ha sido un reto desde el principio,
ya que lo enfocamos siempre como una decisión comunitaria: era la
Comunidad Padre Arrupe la que iba a discernir y decidir si formar parte o no de
CVX. Había por tanto que conjugar dos
discernimientos importantes: el discernimiento personal y la vocación de cada
uno con el discernimiento de qué es lo mejor para la Comunidad que formamos
todos. Y somos una comunidad diversa, en la que existen distintos ritmos,
trayectorias y momentos vitales, que sólo lleva 4 años caminando juntos, una
comunidad que cada año acoge a muchos nuevos rostros y en la que a veces nos
cuesta poner nombres. Es por eso que en el proceso también ha habido mucho de
confiar y de fiarse, de escuchar el sentir más global de la comunidad, y
también de dudas, de no sentirnos preparados o de sentirnos con mucho camino
aún que recorrer. Pero confiamos,
como San Pablo, en que sea en esta debilidad dónde Dios se haga fuerte, nos
bastará su gracia.
Repasando
un poco lo que ha sido todo este proceso, lo que queda es un agradecimiento inmenso hacia las
personas que nos han ido guiando y acompañando, un cariño por este tiempo de discernimiento que también nos ha
ayudado como comunidad, una ilusión que
inquieta pero que sentimos buena, pero sobre todo una certeza de que seguimos en camino y buscando lo que Dios
quiere para nosotros y lo que más nos acerca a Él.
Alex y Belén
Presidenta Comunidad Padre Arrupe
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Empezamos
hace más de un año con el proceso de reflexión que nos dimos en la Comunidad Padre Arrupe (creada hace más de 5 años) para discernir cuál era el mejor camino para nosotros,
porque veíamos claro que nuestra joven Comunidad necesitaba un impulso, una
revitalización para seguir adelante… Es aquí donde dentro de las
alternativas aparece la CVX de la mano de José Antonio y Ainhoa, que nos han
acompañado de manera incondicional durante todo este proceso. Nos han mostrado
con cariño y entusiasmo lo que significaba ser de la CVX: un mayor compromiso
dentro de una estructura madura y con un enfoque internacional dentro del
paraguas de la espiritualidad ignaciana.
Veíamos
que era un paso adelante en la forma de
vivir la fe, eso nos resultaba muy atractivo.
Dentro de nuestro grupo de matrimonios
somos 5 familias, con ganas de seguir creciendo y compartiendo juntos esta
aventura. En cierta manera somos un subgrupo diferente dentro de todos los
grupos de jóvenes trabajadores que conforman Padre Arrupe. Nos reunimos delante
del Señor para compartir nuestra realidad matrimonial y para ponerle a Él en el
centro de esa realidad. Llevamos más de 4 años juntos y nos sentimos como
hermanos.
El
pasado 20 de diciembre nos reunimos todos los miembros de la CPA y votamos como
Comunidad seguir avanzando en el proceso de integración en la CVX porque vimos con claridad que decir sí era dar un
paso adelante en la vivencia de nuestra fe.
En
las próximas semanas nos iremos
adentrando en las formas y los fondos de la CVX para conocer mejor por
dentro esta realidad.Sin embargo, la decisión final será individual porque es tarea de cada miembro de la Comunidad Arrupe
discernir si este es su lugar idóneo para estar más cerca de Cristo.
Como
veis hora estamos en un momento bonito de
cierta incertidumbre de querer ver como todo esto se materializa en nuestra
vida, en nuestro grupo y nuestro quehacer diario. No podemos negar que lo
vivimos con una extraña mezcla de paz
(que viene de la confianza en Jesús) y de nervios por empezar a vivir una
realidad desconocida.
En
cualquier caso sabemos que pase lo pase será para bien. No
podemos dejar de agradecer el apoyo, el interés y la disponibilidad contante
que hemos recibido por parte de CVX y especialmente el clima de libertad y
respeto absoluto por las decisiones que íbamos tomando. ¡Gracias!
Un
abrazo y que el 2015 os llene de bendiciones,
Adriana y Gonzalo
(Padres de Pedro 4años y Mateo 2 años)
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Después
de casi un año de discernimiento ignaciano, la Comunidad Padre Arrupe ha
decidido que quiere convertirse en CVX, y hemos dado nuestro primer paso para
conseguirlo
Yo
personalmente he vivido este tiempo con mucha
ilusión desde el principio, aunque
también ha habido momentos de dudas y escepticismo. Si tuviera que
quedarme con algo de este tiempo de discernimiento, sin duda elegiría el acompañamiento, el cariño, el apoyo y la
acogida que nos ha brindado gente de distintas CVX de España en todo el
proceso. Ahora empieza un momento muy bonito para la Comunidad Padre Arrupe
y todos los que formamos parte de ella. Queda mucho trabajo por hacer pero la
ilusión que hay también es muy grande. El Padre lo sabe, y os ha puesto a todos
vosotros, nuestros "hermanos
mayores", para que caminéis a nuestro lado en este ilusionante
proyecto que se nos presenta.
Muchas
gracias a todos.
Alejandro Asenjo García-Valdecasas
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Para
nosotros este proceso de discernimiento
que la CPA ha seguido ha sido bonito, esperanzador
y constructivo. Nos ha ayudado a crecer
como comunidad y a conocernos más y mejor.
Ha
sido una vivencia de como una comunidad
(CVX), personificada en José Antonio y Ainhoa, ha acompañado a otra comunidad (CPA) en su búsqueda. Nos hemos
sentido acompañados con cariño, con
apoyo continuo, con dedicación, inmersos un proceso a medida, profundamente
respetuoso hacia las personas y los momentos.
Como
familia, este proceso de búsqueda ha
ido resonando en nuestras vidas, haciéndose parte de nuestras oraciones y de nuestras conversaciones. Ha
coincidido con el primer año de vida de nuestro hijo Alejandro. Esto ha tenido
sus complicaciones, limitaciones y dificultades logísticas, como es natural.
Alejandro ha sido parte de retiros y reuniones que ha alegrado con sus sonrisas
y juegos.
Comenzamos
esta nueva etapa de la CPA con esperanza e ilusión, sabiéndonos parte de una comunidad más grande donde queremos seguir
desarrollando nuestra vocación laica y buscar a Dios en todas las cosas.
Beatriz, Luis y Alejandro (nuestro hijo de
1 año)