Entonces Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se le acercaron, y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos... Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra... Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados... Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia... Bienaventurados... Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos".
Entonces Simón Pedro dijo: "¿Y tenemos que saberlo de memoria?".
Y Andrés dijo: "¿Tenemos que escribirlo?". Y Santiago dijo: "¿Tenemos que examinarnos de esto?". Y Felipe dijo: "No tengo papel". Y Bartolomé dijo: "¿Te lo tenemos que entregar?". Y Juan dijo: "Los otros compañeros no tienen que prendérselo". Y Mateo dijo: "¿Puedo ir al baño?" Y Judas dijo: "¿Y esto para que nos sirve?".
Entonces uno de los Fariseos que estaba presente pidió ver la Programación de Jesús y le inquirió a Jesús en estos términos "¿Cuál es el nivel de adaptación curricular? ¿Cómo es la atención a la diversidad? ¿Cómo es la motivación de sus intereses?".
Y a Jesús se le llenaron los ojos de lágrimas.