Un grito que rasga el cielo y hoy, hay y son muchos más.
Un hermano sin hermanos, un hijo del hombre sin Padre.
Abandonado y huérfano, nos sigue mirando con amor.
Nos sigue llenando de confianza y gratuidad.
Lleno de miedo se dice, y nos dice: ¡No teman!
Parece la derrota y está más en pie que nunca.
En la mesa celebrada y en su cercanía lo vamos reconociendo.
Al reconocerlo nos animamos a volver, para no huir sino peregrinar.
Tenemos todo y además nuestra libertad.
Un grito pascual que rasga el cielo y quiere reacción en la tierra.
Un grito pascual que libera nuestra libertades.
Un grito pascual que nos acompaña
para seguir apostando por la vida,
para la vida, con nuestras vidas.
Un grito pascual que dice: ¡Todo está cumplido!
Pero para volver a empezar, no postrados sino de pie,
de pie para seguir andando nomás.
Un hermano sin hermanos, un hijo del hombre sin Padre.
Abandonado y huérfano, nos sigue mirando con amor.
Nos sigue llenando de confianza y gratuidad.
Lleno de miedo se dice, y nos dice: ¡No teman!
Parece la derrota y está más en pie que nunca.
En la mesa celebrada y en su cercanía lo vamos reconociendo.
Al reconocerlo nos animamos a volver, para no huir sino peregrinar.
Tenemos todo y además nuestra libertad.
Un grito pascual que rasga el cielo y quiere reacción en la tierra.
Un grito pascual que libera nuestra libertades.
Un grito pascual que nos acompaña
para seguir apostando por la vida,
para la vida, con nuestras vidas.
Un grito pascual que dice: ¡Todo está cumplido!
Pero para volver a empezar, no postrados sino de pie,
de pie para seguir andando nomás.
Marcos Alemán sj