JESÚS, VÉRTICE de la ASPIRACIÓN HUMANA

Jesús está en el vértice de la aspiración humana,

es el término de nuestras esperanzas

y de nuestras oraciones,

es el punto focal

de los deseos de la historia

y de la civilización,

es decir, es el Mesías,

el centro de la Humanidad,

Aquel que da un valora las acciones humanas,

Aquel que conformala alegría y la plenitud

de los deseos de todos los corazones,

el verdadero hombre, el tipo de perfección, de belleza y de santidad,

puesto por Dios para personificar

el verdadero modelo,

el verdadero concepto de hombre,

el hermano de todos,

el amigo insustituible,

el único digno de toda confianza

y de todo amor:

es el Cristo-hombre.

Y, al mismo tiempo,

Jesús está en el origen

de toda nuestra verdadera suerte,

es la luz por la cual

la habitación del mundo

toma proporciones, forma, belleza y sombra;

es la palabra que todo lo define,

todo lo explica, todo lo clasifica,

todo lo redime;

es el principio

de nuestra vida espiritual y moral;

dice lo que se debe hacer

y da la fuerza, la gracia, de hacerlo;

reverbera su imagen,

más aún su presencia,

en cada alma que se hace espejo

para acoger su rayo de verdad y vida,

de quien cree en Él

y acoge su contacto sacramental;

es el Cristo-Dios,

el Maestro,

el Salvador,

la Vida.

Pablo VI