Recientemente compartimos un encuentro especial con algunos miembros de la comunidad.
Teníamos previsto que nuestro consiliario Silvestre Falguera (Silver para los
amigos) pasara por los distintos grupos de la comunidad para formarnos y
practicar la técnica del “embudo” como herramienta para compartir nuestras
vidas en las reuniones de grupo.
Debido al
confinamiento, los grupos nos reunimos virtualmente, por lo tanto, las
circunstancias, la imaginación y los astros, se conjugaron para que
coincidiéramos algunos el viernes 27, para convertir una reunión comunitaria en
una nueva experiencia de Zoom.
Desde el
consejo de CVX- Catalunya nos ofrecieron la licencia de Zoom para hacer
reuniones comunitarias. Después de probar el potencial de este programa en la Asamblea
General de CVX -Cataluña dónde probamos la posibilidad de hacer pequeños grupos
y asamblea general, la comunidad Fòrum Joves nos lanzamos a llevar la
experiencia a nuestra pequeña reunión comunitaria.
Organizamos la
sesión de manera que Silver nos presentara de forma concisa, amena y explícita
la técnica del “embudo”, pero sin olvidarnos de ponernos en presencia de Dios
con una breve oración inicial 😉.
Una vez
finalizada la presentación, habíamos pensado organizarnos en grupos de 5
personas con un coordinador de grupo, que haría las funciones de guía y
“controller” del tiempo. Preparamos el sistema para enviar a los participantes
a los grupos pequeños. La tarea en el grupo pequeño consistía en realizar una
primera ronda compartiendo un hecho, vivencia, o idea que nos había llamado
especialmente la atención durante la semana. Dejando un tiempo de silencio para
escuchar con el corazón lo que habíamos oído, hicimos una segunda ronda dónde
compartimos las resonancias, preocupaciones, sentimientos y mociones de la
primera ronda. Después de esta ronda el tiempo ya era más limitado, pues
habíamos programado 45 minutos en los grupos pequeños. La tercera y última
ronda consistía en hacer una evaluación de cómo nos habíamos sentido, buscando
luces, sombras y mociones de la práctica
realizada.
Finalizado el
tiempo en los grupos pequeños volvimos a la asamblea donde los coordinadores
compartieron las evaluaciones de cada grupo. En general se notó la presión del
tiempo, pero eso no nubló la alegría de compartir con miembros de otros grupos,
que habitualmente no están juntos. Reinó un sentimiento general de
agradecimiento por poder compartir en comunidad la presencia de Cristo en
nuestras vidas, la sensación de vivir con mayor profundidad la vida y las
misiones de nuestros compañeros. Se confirmó una vez más, que en el día a día,
queremos que nuestra vida se centre más en los demás que en nosotros mismos.
En resumen,
encontramos a faltar los abrazos y apretones de manos de un reencuentro
comunitario, pero la presencia de Dios estuvo asegurada, la paz, la alegría y
la satisfacción de ver que “aquello era bueno”, como en la creación, sentimos
que a pesar de las circunstancias Cristo penetra en la historia de la
humanidad, acompañando nuestras vidas, nuestras preocupaciones y nuestro
caminar tal como leíamos en la oración inicial... nosotros somos el último mensaje de Dios en hechos y en palabras. Somos
la única Biblia que la gente todavía puede leer.
A modo de anexo incluyo la oración
inicial Crist no té... (Pere Tarrés)
Crist no té mans; només té les nostres mans per allargar-les a
aquell qui ho necessita. Crist no té peus; només té els nostres peus per
caminar amb aquells sense sostre que sempre caminen sols. Crist no té llavis;
només té els nostres llavis per consolar aquell qui està trist. Crist no té
ajuda; només té la nostra ajuda per ser portadors del seu missatge. Nosaltres
som l’últim missatge de Déu escrit en fets i en paraules. Nosaltres som l’única
Bíblia que la gent pot llegir encara.