El pasado sábado, 28 de
septiembre, celebramos la Asamblea
inicial 2019-2020 de CVX en Salamanca.
La asamblea, y posterior
eucaristía, han estado presididas por la Cruz
de Lampedusa que estos días visita la Diócesis de Salamanca. Esta Cruz de
Lampedusa está realizada con restos de pateras naufragadas en el Mediterráneo y
es símbolo del drama de inmigrantes y refugiados en su búsqueda de nuevas
oportunidades. Todos, y juntos, comenzamos nuestra asamblea orando ante esta
cruz que abrazó las esperanzas y sueños de tantos hermanos y hermanas nuestros,
sueños que quedaron rotos en el fondo del mar.
El encuentro estuvo centrado en
el compartir los ecos de la Asamblea
Nacional de CVX en España que tuvo lugar el pasado agosto en Pamplona. De
nuestra comunidad acudimos a Pamplona cuatro personas: Adelaida y Jesús, como
delegados, Belén, como coordinadora del Equipo Apostólico Nacional de
Migraciones, y Raquel, miembro del Consejo Nacional saliente.
Los cuatro destacaron el profundo
agradecimiento por haber tenido la oportunidad de disfrutar de la asamblea de
Pamplona, trascendiendo lo local y abriéndose a la realidad de una CVX diversa,
pero unida en el sueño de Dios para la humanidad.
El resto de la asamblea fue
tiempo para compartir algunos de los espacios donde hemos estado presentes, y
donde seguiremos estando en los próximos meses: comunidad de aprendizaje para
el diálogo cívico, el Foro Miradas o el Congreso de Laicos 2020, entre otros.
Finalizamos la asamblea con la eucaristía, acción de gracias por tanto
bien recibido. Durante la eucaristía también realizamos los nuevos envíos de la
comunidad: consejo local, Delegación diocesana de apostolado laical, comunidad
de aprendizaje para el diálogo cívico y encargado de comunicación de CVX en
Salamanca.
La asamblea inicial de CVX en
Salamanca es el punto de partida para este nuevo año, en el que, con los ojos y
el corazón puestos en lo vivido en Pamplona, seguiremos descubriendo la novedad
que brota en las fronteras a las que nos sentimos llamados.