Artículo recomendado por el Equipo de
Sociopolítica CVX-E publicado en el blog de Cristianisme i Justícia por Sonia Herrera, doctora
en Comunicación Audiovisual y Publicidad en la línea de Estudios audiovisuales
desde la perspectiva de género y responsable de comunicación de Cristianisme i
Justícia. Está especializada en educomunicación, periodismo de paz, cine y
estudios feministas y es miembro de varias organizaciones y asociaciones
defensoras de Derechos Humanos, vinculadas a la cultura de paz y a la igualdad
de derechos de las mujeres.
Reconciliar. Qué palabra tan bonita. La primera acepción
del diccionario de la RAE la define así: “Volver a las amistades, o atraer y
acordar los ánimos desunidos”. La cuarta añade: “Bendecir un lugar sagrado, por
haber sido violado”. Y, ciertamente, en los tiempos que corren el “lugar
sagrado” del encuentro y el diálogo se ha profanado hasta dejarlo hecho añicos.
Son muchos los campos de trabajo y los retos que se
presentan ante nuestros ojos en este sentido y que no se centran únicamente,
como suele pensarse, en conflictos armados o en el ejercicio de la violencia
física directa. Así, por ejemplo, en nuestro día a día, podemos encontrar
ámbitos concretos donde intervenir y donde otros tipos de violencias
(simbólica, verbal, psicológica, económica…) campan a sus anchas como las redes
sociales, el trabajo, la familia o la escuela.
Vicent Martínez Guzmán, director
honorífico de la Cátedra UNESCO de Filosofía para la paz de la Universitat
Jaume I de Castellón, amigo y maestro, me ha enseñado mucho en los últimos años
sobre su filosofía y cultura para “hacer las paces”. Hace 10 años, invitado a
Sevilla por la Red Andaluza “Escuela: Espacio de Paz”, explicaba así esta perspectiva:
“desde el punto de vista interpersonal, tratarnos con cariño y ternura; desde
el punto de vista institucional, promover formas de gobernanza basadas en la
justicia, la promoción de la democracia y la búsqueda de nuevas formas de
gobernabilidad local y global”.
Reconcialización y
justicia global
En la reflexión sobre qué significa reconciliar es
necesario recuperar la vinculación entre reconciliación y justicia global y que
esta reconciliación sea realmente liberadora. Así lo expresa de forma excelente
Elías López Pérez en su artículo “La liberación desde la reconciliación”: “La
reconciliación como restablecimiento de las relaciones justas se compromete en
los cambios estructurales, y va a la raíz de la violencia y de las causas de la
injusticia, como condición absolutamente necesaria en los procesos de
reconciliación”.
Escribo sobre estas ideas como catalana y desde
Barcelona, desde mis conocimientos situados, -como diría Donna Haraway-,
mirando con más sospecha que esperanza al gobierno del Estado y al de la
Generalitat, en un momento de mi vida en el que estoy reflexionando
intensamente sobre la
necesidad de acuerparnos y de poner la ética del cuidado en el centro de
nuestras prácticas diarias, también de la práctica política.
Estoy convencida de que solo así, desde el reconocimiento
del otro y de la otra, desde el afecto y la ternura, lograremos promover
cambios sociales sustanciales, porque como decía nuestro añorado Eduardo Galeano,
necesitamos “gente sentipensante, que no separa la razón del corazón, que
siente y piensa a la vez, sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la
emoción de la razón”. Solo desde ahí se pueden abordar los conflictos. Solo sentipensando podremos empezar a
construir sociedades habitables y vidas dignas de ser vividas.
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publicado en el blog de Cristianisme i Justícia: