Soy nueva en este blog de CVX España y mi primer afán será
no aburrir demasiado a tan ilustre público.
Soy miembro de CVX España pero estoy exiliada en Alemania.
Siendo serios, yo tuve la suerte de venirme por gusto y no por obligación como
tantos otros jóvenes desgraciadamente en
estos últimos años.
Vivo en la antigua parte comunista de Alemania y desde hace
poquito empiezo a ver y a tocar heridas que este país tiene que antes ( durante
5 años) no había sido capaz de ver o palpar. Pero de esas heridas hablaré más adelante en alguna otra
ocasión.
La mayoría de la gente (80%) no cree en nada, un 15% son
evangélicos y católicos sólo un 5% de la población.
Y como en toda Europa las iglesias se están quedando
vacías.
Me gustaría hablaros de la asociación de estudiantes
católicos (KSG) de la Universidad de Leipzig. Los encontŕe por casualidad
mientras buscaba cualquier nexo con la familia ignaciana aquí en Alemania.
Los estudiantes celebran una misa fantástica los domingos a
las 10.30 de la mañana que está oficiada por un jesuita. Nos reunimos en una
capilla muy sencilla y muy bonita que por fuera nadie diría que es una capilla ya
que tiene pinta de pequeño almacén. La capilla siempre está muy concurrida y
suele ser difícil encontrar sitio si se llega tarde. Entre los que allí se
congregan hay rostros del oriente como la India, Pakistan o por allí. Pero
también rostros con claros rasgos de las culturas milenarias de américa latina e incluso hermanos de África.
Es una misa con mucho color y mucho sabor y las palabras aquí se me quedan un
poco cojas.
La música se toca en directo por un grupo de jóvenes y las
melodías tienen ritmo aunque cantemos salmos antiguos. En el momento de las
peticiones, cada uno puede expresar en voz alta y en su propia lengua lo que
quiera pedir al Padre. Es una ceremonia más larga de lo normal porque se busca tiempo para todo y como que todo se
disfruta más, pero debo decir que no me importa. La disfruto mucho y el tiempo
pasa rápido. Se nota el cariño que ponen los jesuitas al cargo para transmitir
el mensaje de Jesús a ese grupo de jóvenes. Yo, a pesar del madrugón dominguero
para poder llegar a tiempo (vivo a 60 km), salgo con el corazón contento,
sintiendo que celebré en comunidad los misterios con Jesús Para mí, esa misa es un oasis cálido único en
medio de iglesias frías y llenas de gente mayor donde ir o no ir a misa (para
mi) es casi lo mismo.
Él otro día me emocionó una cosa pequeña. Llegué tarde
porque Alemania está toda en obras debido a que tienen que gastar todo el
presupuesto antes de final de año y me senté en el suelo un poco donde pude. A
mi lado había un muchacho con rostro como de la India y le hice un par de
preguntas en inglés que él muy amable me contestó. De pronto él me preguntó si
yo era cristiana. Me sorprendió la pregunta y pensé que no estaba entendiendo
bien. Le dije, si claro, católica. Él me dijo, yo soy budista….y me sorprendió
…..y pensé olé por este sitio que hasta los budistas se sienten bien y vienen
aquí a celebrar a su Dios.
Pero la KSG ofrece aún mucho más. Después de la misa, todos
los domingos uno puede comer en comunidad con todos los que asistieron a la
misa en el local de la asociación por una cantidad ridícula de dinero (3.5
euros). Un equipo de cuatro o cinco
jóvenes ha preparado primero la comida y la verdad he visto obras de arte allí.
La KSG cuenta con un piso entero en una casa que pertenece a la Compañia de
Jesús. Durante la semana se ofrecen actividades, tienen una biblioteca abierta
a todos y un pequeño bar. Creo que cualquier estudiante nuevo que llegue a
Leipzig tiene en esta asociación un lugar estupendo para no sentirse sólo, ya
que se preocupan en acoger y estar acompañado de gente con diversas inquietudes
fantásticas.
Además de los jesuitas, trabaja allí la hermana Claudia
Valk y ella organiza para los estudiantes EE.EE a lo largo del año, ofrece
acompañamiento espiritual y talleres de formación diversos e interesantes.
La distancia y el trabajo me impide apuntarme a muchas de
las cosas que hacen pero símplemente leer su email semanal con el resumen de
las actividades ya me da una alegría gorda. Cuando en el telediario de cada día
sólo aparecen noticias malas o malísimas, la KSG me hace confiar y saber que
hay por allí mucha gente normal, de a pie, trabajando en proyectos colectivos
buenos para la comunidad e interesantes y que si no estoy atenta y
despierta simplemente me los pierdo.
Ánimo a cualquiera que me lea a estar atento, a buscar
lugares parecidos que ayuden a su comunidad y a en la medida de sus
posibilidades a pringarse y a participar. Y creo que muchas manos unidas ayudan
al Padre a traer aquí y ahora el Reino y su Justiicia.
Hasta la próxima.