CONGRESO CVX FRANCIA – Cergy Pontoise (París)
La CVX Francia es una de las más
grandes del mundo, 7.000 personas nada menos. La edad media de la comunidad es
unos 10 o 15 años mayor que la de nuestra CVX-E. Cada 4 años celebran un macro
encuentro abierto a todos los miembros de la comunidad y a personas próximas,
como familiares, miembros de sus parroquias, jóvenes de movimientos ignacianos,
etc. Es un encuentro festivo, en el que el Atelier de Artistas cuida hasta el
más mínimo detalle de la ambientación: decoración, veladas, canciones... Este
año el encuentro se ha celebrado en una de las 5 ciudades, llamadas nuevas, de
Paris, Cergy-Pontoise.
Mauricio López, presidente mundial, interviene en el congreso. |
Recibimos una invitación
institucional como CVX-España, y el Consejo decidió enviar a Cecilia en representación del mismo; a Adelaida como Eurolink y a María Morales como Coordinadora de la
Red de Migraciones Europea. Los miembros de CVX Francia invitaron a sus
conocidos de otras CVX, así que finalmente participamos unas 2.700 personas, de 30 países diferentes. Desde Sevilla y Barcelona también acudieron al
encuentro: Silvia y Ángel con sus dos hijos, Pili, Beatriz y Marisol. El ExCo,
salvo la Vicepresidenta, también participó. Había desde bebés, a personas de
más de 80 años.
Unos 200 niños participaron de
las actividades infantiles del congreso, y dinamizaron la oración del domingo.
La organización era espectacular, tanto en lo logístico como en el control de
los tiempos.
El texto de la Samaritana
inspiraba el encuentro, animándonos a vivir encuentros improbables, entre
nosotros y con otras personas. Las comidas, los descansos y los grupos eran
momentos de intercambio entre los participantes, en los que nos explicaban su
vida comunitaria, la realidad de sus países o los temas de misión en los que
están implicados. En la organización de las comidas, también se tuvo en cuenta
la cercanía a la ciudad y la multiculturalidad. La comida procedía de
productores locales, y en una de las cenas se ofreció un buffet con comida de
distintos países que prepararon vecinos y vecinas de Cergy.
Nacho, Adelaida, Marisol y yo nos
alojábamos en un albergue, con personas de otros países. Esto nos permitió
conocer distintas realidades. Una de las que destacaría es la realidad de los
jóvenes en CVX Francia. Igual que en España, vienen en su mayoría de
experiencias de pastoral juvenil vinculadas a la Compañía y otras órdenes
religiosas. No son muchos. En París por ejemplo, solo hay dos grupos de unas 12
personas. Están iniciando su proceso de acogida. Me preguntaron por nuestra
realidad en España, porque ven en la CVX un camino para ellos, pero les
gustaría estar en contacto con gente de su edad.
La mayoría de las CVX de otros
países no tienen como nosotros estructuras comunitarias locales. Los grupos que
se articulan territorialmente para generar dinámica comunitaria, y en Europa,
en general, con mayor vinculación a las diócesis que nuestras comunidades
locales. En Francia, las personas implicadas en temas de misión como la
familia, las migraciones o el arte se agrupan y coordinan actividades en grupos
a los que llaman atelier (taller). Tienen la peculiaridad de que son grupos
independientes, que se focalizan en un campo de misión, pero cuyos miembros no
acostumbran a compartir con el resto de la comunidad local lo que hacen como
integrantes del mismo, por lo que muchos miembros CVX desconocen la labor que
están desarrollando.
Otro momento de encuentro
significativo lo vivimos desde el viernes por la tarde hasta el sábado. El
viernes una mesa redonda de personas de Cergy nos acercó al proceso de creación
de la ciudad y de su iglesia. Una historia de construcción colectiva, en la que
la iglesia ha sido más comunidad de acogida y celebración que lugar de culto.
De hecho, vivieron los primeros años sin un templo parroquial, reuniéndose en
espacios cívicos o domicilios. La implicación de los vecinos y vecinas en la
parroquia es grande, y en ella conviven comunidades distintas, tanto en
espiritualidad como en origen. Cergy es una ciudad multiétnica y multicultural.
El sábado, divididos en grupos,
nos acercamos a distintos “pozos de encuentro”, lugares de la ciudad o de la
sede del congreso: iglesias, ONG's, centros sociales, centros de espiritualidad,
propuestas CVX sobre temas como familia, migración o espiritualidad, etc. La
mañana fue tiempo de testimonios, experiencias, diálogo e intercambio. Nacho,
Marisol y yo participamos en la visita a las dos grandes iglesias de la
parroquia. Tres miembros de la parroquia compartieron su testimonio vital y de
acogida en Cergy. Los tres eran de origen distinto: un vietnamita, que fue
protagonista cuando era niño de la experiencia de los “boat people” que inspiró
a Arrupe a fundar el JRS, una refugiada congoleña y una francesa miembro de la
CVX de Cergy. Después participamos en una peregrinación acompañados por gente
de la parroquia y por un paisaje precioso hacia la otra iglesia, Santa María
del Pueblo. Tres horas de camino para hablar con distintas personas y conocer
un poco mejor su historia y su realidad.
Por su parte, Adelaida y María
participaron dando testimonio en un "pozo" organizado por el Atelier
del Extranjero (implica a los miembros CVX sensibles al ámbito de las
migraciones). Los 22 participantes, ignorantes al llegar al encuentro de la
temática del mismo, reconocían que no habrían elegido estar allí de saber que
estaba ligado a las migraciones. Pero, tras escuchar los testimonios de Laura,
sobre la experiencia en el campo de trabajo de Sicilia, a Agnès, contando todo
el trabajo que se realiza desde la CVX en Luxemburgo de entrada al CIE y demás; de André (francés) sobre una experiencia similar a las Comunidades de
Hospitalidad, y a Adelaida y a María, contando la creación y evolución de la
Red de Migraciones en España y los inicios de la Red Europa, reconocieron
haberse sentido tocados por el tema desde una perspectiva inesperada, y con la
necesidad de buscar cómo dar continuidad a lo que se les había despertado. Sin
esperarlo...se había producido un encuentro improbable ;-)
El sábado por la tarde, en los
grupos pequeños del encuentro, compartíamos nuestra experiencia personal de
encuentro vivida durante la mañana.
La música tuvo un papel
protagonista en todo el encuentro. ¡Estos franceses son unos artistas! Teníamos
orquesta, coro y…¡coreógrafos! Sí, nos hacían bailar ¡a los 2.700! Los niños
también dramatizaron la lectura el día que dinamizaron la Oración.
Nos sentimos agradecidos por la
experiencia, por lo compartido, y por sentirnos en casa y acogidos en medio de
tanta diversidad. Era bonito cuando algunas personas nos daban recuerdos para
otros miembros de CVX-E a los que habían conocido en asambleas, encuentros o
experiencias internacionales.
No faltaron al final las invitaciones mutuas para
futuras visitas, las peticiones de información sobre la CVX en alguna de
nuestras ciudades para poner en contacto a personas de otros países con nuestra
comunidad, ni la petición de la gente joven a que les invitemos a alguna de las
actividades en España. El encuentro deja muchos recuerdos, y una llamada a
acoger nuestra diversidad dentro de la vocación que compartimos, y a buscar
modos de ponerla al servicio del mundo y de la Iglesia.
Os dejamos un vídeo para disfrutar de esta experiencia:
Congreso CVX-Francia 2015