Crecer en acogimiento

Más de veinte mil personas salvadas en el Mar de Alborán – Motril – Almería – Salobreña

.- La lancha de salvamento de Motril, se llama “ Hamal “. Es el nombre de la estrella más brillante de la constelación de Aries. Es la buena estrella para decenas, cientos de miles de inmigrantes que cruzan y han cruzado ese mar – de la esperanza y del terror – y que patera va, cayuco viene son y han sido rescatados por esa lancha y su tripulación.

.- Viajan con la esperanza y la metáfora de la “ tierra prometida “ que esperan encontrar aquí. Miles de personas han saltado a esa lancha, pisando una lona negra que ayuda a no resbalar, - es adherente - miles de vidas agradecidas de poder tocar y pisar “ ese suelo poco firme pero plenamente seguro “ que mantiene en todos ellos “ fe y esperanza “.

.- Los marinos que la tripulan – como Enrique Garberi, el patrón – se ven afectados, una y otra vez, ellos dicen que ya no tanto, pero en todas las llegadas se les ve, se les nota igual de “ tocados “ por tanta tragedia y desesperación. Los marinos son así. Recios, al tener que compartir su vida con el mar, asegurándose y asegurando a los demás; “ una mano para ti y otra para los demás “, nos recuerdan una y otra vez.

.- El mar, la mar – como le llaman muchos de ellos – es dulce y celosa, plácida y trágica, se enfada y tiene muy mal genio, se pone brava y tremenda; sin embargo cuando está relajada es maravilloso estar en ella y dejarte mecer por su suave ir y venir. Es bella ¡bellísima!.

.- En la lancha “ Hamal “ se meten náufragos mientras no se hunda, son “ sus salvadores “ y nunca pueden decir que no. Nos movemos por “ valores “ solidaridad, amor a la vida, naturaleza humana y ecológica. Lo principal es “ salvar vidas “. ¿Qué es lo que ven? Pateras y cayucos – la mayoría de madera – llenos de personas – hombres, mujeres y niños – asustados pues viajan “ se ven “ en embarcaciones muy frágiles por tanto peso y por la furia del mar. Lo primero es tranquilizarles, incluso antes de que salten de la patera a nuestra lancha o incluso al mar “ presas del pánico “, están muy nerviosos y cuesta serenarles para que guarden un orden en el “ asalto “ a su salvación.

.- Siempre reaccionan con agradecimiento y respeto. Ellos están, se ven, en un peligro mortal, los sacamos y los ponemos en nuestro barco seguro “ son sus salvadores “. Son magrebíes, subsaharianos, argelinos. ¡Muchas mujeres y niños, cada vez más! Que si ya para un adulto es una situación muy dura y extrema, para una mujer y/o un niño es mucho más duro si cabe. Se resiente más del duro viaje. ¡Sufren mucho más! Muchas veces llegan materialmente con “ el agua al cuello “ y no es un decir, es la pura verdad.

.- Es un trabajo, una labor verdaderamente humana y satisfactoria. Además se ven recompensados por todo el agradecimiento cuando llegan a tierra, te abrazan, te lo dicen lloran, cantan, claman, gritan, bendicen, (…) Es su llegada a la “ tierra prometida “ y viven ese presente – incluso en las muertes y en los funerales ¡Mañana Dios dirá!

.- Pero no nos podemos quedar con lo que Dios diga, Tenemos que crecer junto a ellos. Tenemos que aceptar al otro, al diferente. Tenemos que saber vivir en la tolerancia. Tolerancia : es respeto y valoración, en igualdad, del otro, de toda persona; sea cual sea su raza o condición. El modo humano de conocer es relativo - configurado por el tiempo y el espacio – y por eso tenemos, debemos, convivir en el respeto y en la diferencia. Nuestra aproximación a su realidad no puede ser sólo inmediata, circunstancial, de unos momentos concretos de aproximación y salvación. Debe ser plena y total. Tenemos que poner en nuestro corazón y en nuestro deseo el “ convivir “ dando prioridad a la promoción de la justicia a favor de los marginados. Sensibilizar y apoyar toda denuncia de las injusticias y violaciones de sus derechos. ¡De los Derechos humanos ¡ Crecer en acogimiento, cercanía y colaboración.

La verdad que condena no es verdad. / La verdad sólo libera / La verdad que somete no es verdad. / La verdad que excluye no es verdad. / La verdad sólo reúne. / La verdad que se pone por encima no es verdad. / La verdad sólo sirve. / La verdad que desconoce la verdad de otros no es verdad. / La verdad es sólo reconocimiento. / La verdad que no mira a los ojos a otras verdades no es verdad. / La verdad es sólo acogimiento sin temor. / La verdad es sólo amabilidad y ternura. / La verdad sólo unifica. / La verdad es sólo libre. / La verdad nos hace y nos hará libres. (M. Corbí)


Juantxu Oscoz Vivanco, CVX Vitoria-Gasteiz

Salobreña – Motril – Granada – Julio de 2011