Cuidar y acompañar en el SUFRIMIENTO. Por José María Galán González-Serna cvx

El principio bioético de no maleficencia es la base de toda la ética médica desde los tiempos hipocráticos. Este principio tiene como exigencia el imperativo ético «no matarás», que viene siendo el eje fundamental de la norma legal que defiende la vida y su protección. El respeto a la vida es el derecho fundamental más condicionante para lograr una convivencia pacífica en las sociedades humanas.
El término «eutanasia», en su sentido etimológico (buena muerte), prácticamente ha dejado de tener uso social. El significado actual del término «eutanasia» se refiere a la conducta, por acción o por omisión, intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico. Cuando se habla de una ley de despenalización de la eutanasia, se está hablando de una legislación según la cual no existiría impedimento legal, bajo determinadas condiciones, para esta práctica dentro del ejercicio de la Medicina, en contra de lo que ha sido su ética tradicional.

¿Qué significa una solicitud de eutanasia?
La angustia ante la muerte y la incertidumbre sobre la manera de morir, en parte ocasionada por la mala práctica de muchos profesionales que no llegan a atender correctamente al enfermo en la fase final de su existencia, genera en algunas personas la solicitud de eutanasia.
El miedo a la deshumanización del proceso de la propia muerte les lleva a buscar un autocontrol, un límite vital libremente escogido, sobre esta experiencia para hacerla menos dolorosa o prolongada. Así, algunos grupos sociales demandan un supuesto derecho a la muerte, para que llegue a ser legalmente posible exigir a otros que terminen con su vida o que les ayuden a finalizarla aportando o aplicando medios letales para ello.