NUEVOS TESTIMONIOS desde HAITÍ

Nazareth Ybarra, religiosa española de Jesús-María (orden religiosa de espiritualidad ignaciana), vive en el noroeste del país y describe con estas palabras su experiencia del terremoto: "...Estamos bien pero ha sido terrible el movimiento... yo creí morir, me fui a la puerta y le decía a los otros que hicieran lo mismo... se cayeron algunas cosas... me pareció eterno. No podemos llamar por teléfono, todo está incomunicado... No sabemos cómo están en Puerto Príncipe, está toda la comunicación cortada. Ha sido terrible el terremoto... estamos sanas aunque yo tiemblo por dentro todavía. Pidamos por todo ese pueblo que tanto está sufriendo...".

Ramiro Pampols, jesuita español y Subdirector de Fe y Alegría Haití, nos hacía llegar ayer este testimonio: "La ciudad está desolada, la gente deambula por la calle, hay muchos muertos. No sabemos dónde están nuestros compañeros. No podemos contactar con nadie, estamos incomunicados. No sé nada de mi compañero de casa... Tenemos miedo de salir, tenemos miedo de entrar en casa. Hemos tenido suerte, nuestra casa es fuerte y aun así tiene muchos daños". Ramiro ha sido el testigo directo de muchos medios de comunicación españoles durante estas horas de desconcierto e incomunicación. Aquí enlazamos algunos cortes de audio de la Cadena SER.

* Ramiro Pampols: "Hay casas que aguantaron y otras que no, hay hospitales colapsados"

* Ramiro Pampols: "Era como un barco que se moviese bajo los pies"


Kawas François, delegado del Provincial de la Compañía de Jesús en Haití: "Una vez más Haití ha sufrido un drama. Todo el mundo está en estado de shock. Las comunicaciones están cortadas (la carretera, el teléfono, etc). El seísmo me cogió por sorpresa delante de la residencia de Canapé-Vert. La gente de nuestra comunidad están bien, pero conmocionados, excepto Nono, que todavía no ha vuelto. Hemos pasado la noche en el patio de la residencia.
Todavía no tengo noticias del noviciado. Parece que Biassou no ha sido herido según lo que ha podido comunicarse Éric con las novicias canadienses. Yo no he podido ponerme en contacto con ellos. No tengo noticias tampoco de Ouanaminthe. Lo que hemos visto es indescriptible. Muertos por todas partes y casas destrozadas en todas las zonas de la capital. Nos informamos a través de la prensa internacional y por algunos (los menos) medios locales. He visto casas y paredes caerse delante de mí. Una movilización se prepara desde la comunidad internacional.
Hasta el momento los muertos están en las calles y bajo los escombros. Los equipos de rescate no llegan todavía y las autoridades locales se encuentran totalmente desbordadas...".