Después de un año 2020 de grandes cambios en nuestras
vidas, empezamos un 2021 que, en el ámbito de las migraciones, seguramente sea
uno de los años que supondrá un antes y un después, un año en el que se nos
marcarán grandes retos como sociedad, como comunidad y como personas, en el que
más que nunca, tendremos que tener presentes las palabras de Jesús: "Fui
forastero y me acogisteis".
Algunos de los desafíos que se nos cruzarán en el
camino, como nos indica el artículo adjunto, son: una reforma de la Ley de
Extranjería y de la Asilo, consecuencias en la política migratoria de nuestro
país como concreción del Pacto Europeo de Asilo e Inmigración, un gran número
de vecinos y vecinas de nuestras ciudades y pueblos que se verán abocados a la
irregularidad como consecuencia de esta pandemia y nuevas estrategias para la
Convivencia Intercultural.
Ante esta nueva situación que se nos plantea, pongamos
a las personas en el centro de nuestras vidas y más que preguntarnos quiénes
somos, tendremos que preguntarnos para quiénes somos.