Este domingo 31 de mayo 2020 celebraremos la
Solemnidad de Pentecostés y recordaremos la venida del Espíritu Santo a los
Apóstoles y a María, reunida con ellos.
Después de 50 días de incertidumbre,
los apóstoles experimentan un cambio importante en sus vidas: sus
preocupaciones se desvanecen, ya no tienen miedo y salen a anunciar a todas las
gentes a Jesús el Resucitado.
¿Cómo ocurrió la transformación? El Espíritu no les facilitó
la vida, ni les eliminó problemas, el espíritu trajo a la vida de los discípulos
una armonía que les faltaba. Los apóstoles pasaron de “saber que Jesús había
resucitado” a vivir como resucitados. La paz entró en sus corazones y las
tribulaciones, las persecuciones se vivieron de otra forma: el Espíritu pone
orden, el Espíritu es vida.
El Espíritu no solo trae armonía dentro de nosotros, sino
también fuera. San Pablo nos recuerda que tenemos «diversidad de carismas,
diversidad de actuaciones, diversidad de ministerios» (1 Co 12,4-6), todos, dones que el Espíritu distribuye con imaginación, sin nivelar, sin homologar. Y
a partir de esta diversidad, el Espíritu construye la unidad, reúne a los
distantes, une a los alejados, trae de vuelta a los dispersos, crea una sola
armonía en este mundo.
¡Que también nosotros, como los
apóstoles, al invocar “ven Espíritu Santo”, podamos experimentar un cambio en
nuestras vidas y salir a transformar el mundo, desde la diversidad de nuestros
dones y de nuestras misiones!
(Inspirado en la
Homilía de Pentecostés 2019 de Papa Francisco)
Consejo Ejecutivo de
CXV en España
Eduardo, Nacho, Juan Pedro, Seve, Mirella y Carles.
Imagen: Espíritu Santo vitral de Cátedra de San Pedro y Gloria
Gian Lorenzo Bernini - entre 1656 y 1666 –
Altar mayor de la Basílica de San Pedro en la ciudad del Vaticano, Roma