El
pasado domingo 7 de octubre, la CVX en Tenerife nos reunimos en la Casa Manresa
de Tacoronte para celebrar nuestra asamblea de "principio de curso".
Después de una dinámica de entrada sobre el tema de la diversidad sexual,
tratamos algunas cuestiones organizativas para el curso que teníamos por
delante y a continuación abordamos el cuestionario que desde CVX-E se nos había
hecho llegar sobre este importante asunto, frontera de la sociedad y de la
Iglesia.
Se nos
invitó a ir a la oración con la petición "Purifica mis deseos, silencia mi
corazón, cura todas mis heridas, enciende en tu amor mi amor". Luego, en
la puesta en común comprobamos como efectivamente "no hay que dar cosas
por supuestas" y la importancia que tiene el plantear el por qué nuestras
comunidades son o no inclusivas para las personas LGTBI, y si lo son por qué y
para qué, y en qué modelo de sociedad y de Iglesia creemos. El debate fue muy
rico, tal vez más de lo esperado.
De este
modo llegamos a la comida que compartimos. En la sobremesa nos reunimos toda la
comunidad con el equipo gestor de la Casa Manresa recientemente renovada en
pintura, decoración, y arreglos varios. Agradecimos a los compañeros del equipo
su buena labor e ilusión manteniendo una infraestructura que está al servicio
de la diócesis, y que además de servir para la acogida de grupos y parroquias
busca dar a conocer la espiritualidad ignaciana y el tesoro de los EE.
Por la
tarde disfrutamos de la exposición de Sabrina Burgos, de Fe y Alegría Colombia.
Cada vez que contamos con la presencia de los compañeros de Entreculturas nos
estremecemos con sus testimonios. Nos muestran realidades de injusticia y a la
vez de la lucha por un mundo mejor a través de una educación de calidad para
los más pobres. Una educación que acompaña y empodera, haciendo a las personas
conscientes de sus posibilidades y de sus derechos.
Tal vez
el momento más intenso y emocionante del día fue la Eucaristía que celebramos
en el exterior de la casa. En un momento dado nuestro asistente Javier Castillo
SJ, emocionado, pidió perdón en nombre de la institución de la Iglesia, a todas
las personas LGTBI por el rechazo, la incomprensión y el dolor ocasionado
durante tantos años. Por haber puesto "la ley" antes que el amor.
También a otros colectivos como a los cristianos divorciados y vueltos a casar.
Nos invitó a los representantes de esos colectivos a ponernos en medio de la
asamblea y expresar ese perdón si así lo deseábamos. Fue un momento especial, inesperado
y emocionante. Un momento como el descrito en las palabras de Jacob: "El
Señor está en este lugar, y yo no lo sabía" (Gen 28, 16-17).
Javier,
nuestro asistente, nos decía más tarde a través de un mensaje que "Todo
nos habló de vida, amor, servicio, acogida, en síntesis de Evangelio.
¡¡¡Gracias, sobre todo, gracias...!!!"
Gracias
a ti Javier, gracias a todas y a todos, gracias al Señor que nos anima y
acompaña.
Pedro
Alonso, CVX en Tenerife