Crónica de la asamblea fin de curso de CVX en Almería

Este domingo 17 de junio se celebró la Asamblea fin de curso de la CVX de Almería. La jornada se presentó ya de inicio con una minuciosa planificación que nos invitaba a ser conscientes de la intensidad del día. Fueron varios los aspectos que se trabajaron en relación con la memoria económica, la revisión del año, recomendaciones al Consejo, pero el punto neurálgico fue el discernimiento sobre qué comunidad queremos y en este aspecto estuvimos acompañados por la presentación de Manu (secretario-tesorero de CVX Andalucía y Canarias) sobre la corresponsabilidad económica.
El momento álgido del día lo tuvimos con la Eucaristía y el compromiso temporal de nuestra compañera Fini que no hace sino poner de manifiesto que esta comunidad, aunque pequeña, está muy viva.

Nada más comenzar la asamblea nos impregnamos en la oración inicial de las palabras de San Pablo “Los miembros de una comunidad forman un solo cuerpo”, y mientras nos dejábamos guiar por la epístola a los Corintios, tan conocida y releída y sin embargo tan actual, nuestro compañero y dinamizador en esta oración nos había colocado como telón de fondo un enorme cartel con el dibujo de un camino con todos los momentos, reuniones, asambleas y encuentros celebrados durante el presente curso. La conjunción de estos dos elementos (la lectura y el cartel) provocó el clima comunitario necesario para comprender el itinerario recorrido durante este año. Este inicio asambleario nos ha permitido ser conscientes de las muchas las acciones realizadas y también de las que nos quedan por hacer, nos permite comprender dónde nos encontramos y empezar a vislumbrar el lugar hacia donde queremos ir.
La visita y charla de Manu nos aportó la base de la espiritualidad ignaciana de la corresponsabilidad económica. Siempre es complejo tratar el tema económico y sin embargo este aspecto se convierte en esencial si lo consideramos bajo la perspectiva el Principio General 8. La asunción –personal y comunitaria– de la triple dimensión de la corresponsabilidad económica (koinonía, martyrium, diakonía) ha sido un acicate para darnos cuenta de que es algo necesario y obvio. Somos koinonía cuando compartimos vida, compartimos lo que tenemos y lo que somos; damos testimonio (martyrium) en cuanto no nos escondemos y alzamos la voz y damos voz al que han silenciado, porque cada árbol se conoce por su fruto (Lc. 6,44); y nuestra fe si no se transforma en obras y servicio de poco sirve (diakonía). Esta es la comunidad que queremos, los puntos son claros y el trabajo de ahora se encuentra en darle contenido concreto a todo ello sin caer en ambigüedades.
A media mañana nos pusimos a trabajar en las recomendaciones al Consejo y he de confesar que en ese momento pude comprender el escondido e ímprobo esfuerzo de todas las personas que hacen posible y mantienen el buen funcionamiento de la comunidad. Se recogieron todas las sugerencias en un simbólico árbol cuyas hojas recopilaban nuestras inquietudes y solicitudes. Este pequeño gesto, visual y efectivo, ha plasmado por escrito las conclusiones: el deseo de una comunidad más comprometida, intentar elaborar un presupuesto para necesidades específicas del entorno, buscar más momentos de convivencia, incrementar nuestra formación y que la misión personal de cada miembro esté presente en la comunidad.
El que aquí les escribe es un neófito en la CVX que tras muchos años de búsqueda ha recaído este año en esta Comunidad Cristiana de Almería y lo que me he encontrado se ejemplifica en lo transcurrido este domingo en la Asamblea. He descubierto una comunidad pequeña compuesta por miembros que ya llevan algunos años empujando con ímpetu para construir un grupo fuerte, la palabra que más resuena es la de agradecimiento hacia los miembros que empujan, hacia quienes nos acompañan y guían desplazándose desde otras ciudades, hacia los que nos dan su testimonio desde otras comunidades o, como lo ocurrido durante esta jornada, hacia quienes acogen y aceptan el compromiso temporal.
Mi agradecimiento a todas las personas que construyen y hacen posible la CVX, a cada minuto dedicado, cada gesto o cada palabra. Soy consciente de todas las personas que construyen esto sencillos instrumentos que Dios ha decidido poner y ellas y ellos han decidido aceptar.
Víctor Manuel Domingo Píñar
Publicado en la página web de CVX Indalo Loyola: https://sites.google.com/cvx-e.es/cvxindalo-loyola/noticias