“Después de haber comido el cordero pascual y
haber cenado, les lavó los pies y dio su santísimo cuerpo y preciosa sangre a
sus discípulos, y les hizo un sermón, después que fue Judas a vender a su
Señor” (EE 191)
Compartid
“Haced
esto en memoria mía”.
Compartid
el pan,
el vino
y la palabra.
Cuando
el fracaso
parezca
desmembrarlo todo,
cada
persona, cada grupo,
como
cuatro caballos al galope
tirando
del vencido
hacia
los cuatro puntos cardinales,
cuando
el hastío
vaya
plegando cada vida
aislada
sobre sí misma,
contra
su propio rincón,
pegadas
las espaldas
contra
muros enmohecidos,
cuando
el rodar de los días
arrastrando
confusión,
estrépito
y consignas,
impida
escuchar
el
susurro de la ternura
y el
pasar de la caricia,
cuando
la dicha
te
encuentre
y
quiera trancar tu puerta
sobre
ti mismo,
como se
cierra en secreto
una
caja fuerte,
cuando
estalle
la
fiesta común
porque
cayó una reja
que
apresaba la aurora,
amanece
más justicia,
y la
solidaridad crece,
reuníos
y escuchad,
compartid
el pan,
compartid
el vino,
dejad
brotar la dicha
común y
sustancial,
el
futuro escondido
en este
recuerdo mío
inagotable
vivo.
Benjamín González
Buelta SJ