Carmen Oliveros,
Coordinadora del Equipo Apostólico Misión Familia de CVX España | Para nosotros,
participar en el Reloj de la Familia supuso encontrar un espacio privilegiado
para escuchar la música de los acontecimientos que nos habían marcado como
familia, y afinar el oído para poder silbarla por el camino.
Y,
¿qué es el Reloj de la Familia? El Reloj de la familia forma parte de un
proyecto más amplio, «Crear más Familia», concebido por la Comunidad de Vida
Cristiana de España (CVX-E) con el deseo de ofrecer herramientas para trabajar
la vida familiar, y para acompañar a las familias (a todas las familias, sea
cual sea su circunstancia) en el complejo y cambiante mundo actual. Y hacerlo,
además, adaptando los medios ignacianos a la vida en familia, a la educación de
los hijos, al cuidado de los mayores, a las situaciones de crisis… de una
manera cercana y vivencial.
Nuestro
deseo es llegar, no solo a las familias de nuestro entorno, sino también a
aquellas otras más alejadas de lo espiritual pero con inquietud por tener una
vida familiar plena, y a las familias que se encuentran en situaciones
vulnerables y necesitadas de ayuda.
El
Reloj de la Familia surgió como consecuencia del deseo de muchas familias de la
CVX-E de compartir aquello que la espiritualidad ignaciana había aportado a su
vida familiar. Tras dos encuentros de familias en Loyola y Manresa, se pensó en
el modo de poder transmitir a otras personas esos elementos tan valiosos que
formaban parte de nuestra experiencia (examinar la vida para agradecer,
discernir para decidir mejor…).
Durante
varios años, el recién creado Equipo Apostólico «Misión Familia» de CVX-E
desarrolló esta herramienta, poniendo especial énfasis en que fuese un método
creativo y participativo, evitando dar grandes conferencias y directrices, y
propiciando que fuese cada familia la que se hiciera protagonista de su
proceso, descubriendo la belleza de su vida familiar.
Esta
herramienta pretende que los responsables de un proyecto de familia se regalen
un tiempo de calidad en el que hacerse conscientes de sus fortalezas, necesidades,
prioridades… y desde ahí rediseñar la familia que quieren ser, esto es, mejorar
el proyecto que tienen como familia. Todo ello acompañado por otras personas
que, previamente, han experimentado el proceso en su propia familia, y a los
que llamamos «relojeros».
Se
parte de contemplar la realidad, concretar en la propia historia en clave de
agradecimiento, y examinar las luces y sombras de nuestro proyecto de familia
para reemprenderlo con consciencia y alegría. Los acompañantes del proceso no
son grandes maestros ni terapeutas, sino simplemente personas que previamente
han transitado ese mismo camino, nos gusta decir que somos familias ayudando a
otras familias.
El
Reloj nos ayuda a ir examinando nuestra familia en los distintos tiempos que
nos ofrece: un primer tiempo de disponernos y hacernos conscientes de lo que
significa ser familia en la actualidad; en segundo lugar, contemplamos la
historia de gracia de nuestra familia, mediante el dibujo de una «isla del
tesoro» en la que se refleja cada acontecimiento importante que hemos vivido
como familia; el tercer tiempo es para plasmar el proyecto de familia que
tenemos, al igual que un arquitecto levantaría el plano de su vivienda;
analizamos nuestras libertades y decisiones en los tiempos 4 y 5, representando
dramatizaciones de decisiones ficticias que arrancan más de una carcajada; en
los tiempos 6 y 7, profundizamos en la sabiduría del fracaso y en la
reconciliación; y por último, en el tiempo 8, reformulamos nuestro proyecto
familiar con todo lo aprendido, soñamos con la «casa» que queremos ser como
familia. Mediante dinámicas y ejercicios vivenciales, videos o canciones (que,
al apelar a las emociones nos involucran y movilizan), y coloquios en pareja y
en grupo.
La
primera experiencia tuvo lugar en 2012 en Madrid. Acudieron unos 40
participantes de diferentes ciudades de España y Portugal, con la expectativa
de que éstos pudieran replicar la experiencia en sus ciudades de origen como
«relojeros». La vivencia fue tan grata e ilusionante, que en la actualidad se
han hecho numerosas ediciones del Reloj en toda la península, y desde 2015 se
encuentra extendido por gran parte de América Latina.
El
Reloj se ha realizado en diferentes ámbitos: escuelas de padres y colegios,
parroquias, centros Fe-Cultura, nuestras propias comunidades… y en diferentes
formatos (fin de semana, sábados alternos, sesiones entre semana), en función
de las posibilidades de los destinatarios, pero siempre de manera acompañada
por aquellas personas que lo han experimentado previamente. Se ha realizado en
diferentes asociaciones y organizaciones eclesiales, en colaboración con las
diócesis, e integrando a todo tipo de familias (monoparentales, con un miembro
no creyente, etc.).
Aquellos
que hemos disfrutado de esta experiencia, nos hemos llevado una grata sorpresa.
Los temas clave de la vida familiar se abordan con facilidad y fluidez, somos
capaces de pensar y verbalizar cuestiones clave que a menudo quedan relegadas
por la intensidad de la intendencia doméstica, contemplamos nuestro recorrido
familiar con toda su belleza pero sin rastro de maquillaje.
Desde
la consciencia de lo vivido, de nuestras fortalezas y debilidades, avivamos el
deseo de mejorar como familia. Todo ello acompañado por las experiencias de
otros, en las que a menudo nos sentimos reflejados, o nos hacen conscientes de
lo muy humanas que son nuestras cavilaciones y empeños. En palabras de un
participante, es muy tranquilizador descubrirse a uno mismo como «un ser humano
normal».
La
difusión de la experiencia nos llevó a plasmarla en una publicación, a fin de
darla a conocer y facilitar su implementación: «El Reloj de la Familia: guía
práctica para proyectos de familias» (Fernando Vidal, Editorial Mensajero). En
estos momentos se encuentra en trámite su traducción al francés e inglés, a fin
de poder responder a la demanda recibida de países anglófonos y francófonos.
La
gratitud por lo recibido y la ilusión de transmitirlo a otros nos impulsan a
seguir en esta tarea, con la vista puesta en el horizonte: allí donde se encuentran
las fronteras y las familias que habitan en ellas, y donde esperamos contribuir
a crear un lugar de encuentro para todas ellas.
Revista Noticias Obreras, una mirada cristiana del
trabajo humano y el bien común, de marzo de 2018 (número 1.604): https://www.hoac.es/2018/03/19/el-reloj-de-la-familia/