Después de 20 años casados, algunas cosas se están
deteriorando en nuestro matrimonio. Llevamos tiempo siendo conscientes de ello,
y queriendo buscar una ayuda. Cuando al ir a misa de jesuitas la semana pasada
vimos las octavillas anunciando las jornadas (“encontrar espacios de
reconciliación y reformulación dirigido a parejas”), lo tuvimos claro. Lo
necesitábamos. Así que nos apuntamos llamando al teléfono que aparecía, y resultó
que conocíamos a la pareja organizadora. No sé si da más miedo conocer a
alguien o no conocer a nadie, puestos a meterse en estos berenjenales…
El domingo, antes de
la primera jornada, amanecimos con miedo. Conscientes de que nos jugamos mucho.
Miedo a que el experimento resultara superficial, una pérdida de tiempo y
oportunidades. Miedo a pringarnos demasiado y que explotaran muchas cosas
atrasadas.
Nos encontramos con
otras cinco parejas, una de ellas viene desde Salamanca. Llegan cada una con
sus circunstancias y expectativas, pero todos con muchas ganas, conscientes de
necesitar un tiempo de atención y reflexión juntos sobre su matrimonio. Desde
el primer momento, Maribel y Carlos saben quitar tensión y crear un ambiente
cómodo, sin dejar de apuntar directos al grano: sugieren temas, preguntas, dan
pautas para reflexión y comunicación…
Es gracioso cómo la
sorpresa va sustituyendo al miedo, al escuchar cómo los demás exponen su
situación y quieren compartir problemas y vivencias con los demás. Qué buen
grupo se va formando, qué gente tan interesante… Habíamos olvidado lo
enriquecedor que es compartir en voz alta con otros.
Pero aún más
sorprendente es ver que, cuando hablamos en este entorno de cosas importantes,
no hay en nosotros ni atisbo de discusión ¡pero si estamos de acuerdo en todo!
¡Claro! Ya hemos dado
el primer paso, que era el más difícil: darnos cuenta de que necesitamos ayuda,
y pedirla. Manos a la obra.
Algo se ha movido. El
domingo salimos de la primera sesión francamente contentos. Con ganas, con
ilusión, con esperanza. Con decisión. Con alegría y gratitud.
Luis y Maru
Publicado el 6 de febrero de 2018 en la web
de la Compañía de Jesús en Valladolid: