Antes que nada, no gustaría muchísimo agradecer a todas
las personas que han participado de este fin de semana en Majadahonda. Fueron
unos días increíbles en donde nos sentimos totalmente familia, totalmente
comunidad. Nos juntamos personas de procedencias diversas, pero a pesar de no
conocernos, era evidente que algo nos unía: la CVX, Dios. Y eso hizo que
pudiéramos sentirnos como en casa desde el minuto cero.
Durante estos días pudimos profundizar en
estrategias para vivir en profundidad, donde aprendimos que los obstáculos, las
piedras en las que tropezamos en el camino las podemos convertir en
oportunidad, en palancas que te impulsan a seguir adelante. Tuvimos también
tiempo para ahondar en nuestras misiones personales y en las misiones
comunitarias que existen en la CVX. Esto nos conmovió mucho por dentro
haciéndonos sentir que somos parte de algo muy grande, sintiendo la
universalidad de la CVX. Y también pudimos ver y comprender un poco más sobre
qué nos aporta CVX como Comunidad: VIDA, ahí está la clave (somos “Comunidad de
Vida Cristiana”), en compartir vida, vida de Dios en lo cotidiano, lo pequeño,
lo importante.
Fue un gran fin de semana lleno emociones,
encuentros, conocimiento, profundidad, diversión, reflexión y sobre todo de
sentirnos comunidad. Una comunidad que sin conocerse se quiere y se acompaña.
Unos días de aplauso y de canto, de gozo en el Señor.
Ahora desde nuestras casas damos gracias por
todo lo vivido, que nos ha ayudado a coger más fuerzas y ánimo para seguir
adelante y seguir intentando dar frutos en la comunidad, en la Iglesia, en el
mundo.
Saskia y Garazi
Comunidad CVX en Donosti