Con esta pequeña
carta quiero contaros mi experiencia en estos tres años de consejo. Son varias
las vivencias. Allá voy:
Lo
primero de todo, agradecer a quien en un primer momento me propuso como
presidente. Todavía recuerdo la llamada en la que me lo proponía Nacho. Creo
que fue una decisión fácil. Tuvimos que decir no a otras propuestas
parroquiales que estaban encima de la mesa en ese momento, pero merecía la
pena. Era el momento adecuado. Empezaba a soñar en la comunidad.
El
agradecimiento lo continúo por mi familia, Bego, Lucas y Henar. Cuánto tiempo
invertido en la comunidad, cuántos encuentros con los niños, cuántas charlas
por la noche, cuántas reuniones… Fue un compromiso llevado entre toda la
familia… y ya se ha pasado. Rápido. Por lo menos para mí… Yo pensaba: “Salgo
del consejo cuando Lucas tenga 7 años”… el tiempo pasa volando.
Intento
hacer balance y lo puedo hacer de dos maneras:
La
primera es volver a ver “el álbum de fotos” de estos tres años. Cómo hemos
disfrutado soñando con la comunidad, hemos reído pensando en cómo hacer las
cosas, hemos tenido muchos momentos de debate y no menos de rezar juntos. De
dudas de fondo… pero valientes. Xabi, Ignacio, Irune, Borja, Chicote, Almudena,
Itzi, Pello. ¡He disfrutado una barbaridad con vosotros!
En este
álbum de fotos aparece la nueva realidad de CVX Arrupe Elkartea. Nos hemos
juntado y vivimos con alegría el cambio. Hemos crecido en el sentimiento de
comunidad. Además, está el proceso que nos planteamos para la CVX Arrupe
Elkartea en estos tres años: ¿Cómo hacer misión al estilo CVX? ¿Cómo ser más
eficaces en la Misión, con otras estructuras? ¿Cuál es nuestro PAC actual? Lo
hemos hecho creciendo en cuerpo apostólico y junto a otros. Somos cada vez más
una comunidad abierta hacia el mundo, organizados en torno a la Misión, sin
olvidar nuestra raíz, nuestra fuente, nuestro manantial.
Sigo
pasando hojas del álbum y veo la comunidad. No solo la de CVX Arrupe, sino la
comunidad más grande. Estos tres años han sido ricos para mi por compartir con
otros, por confirmar mi vocación CVX, por participar de la asamblea de
Salamanca y otros encuentros, por convivir con Alwin y Rojean (secretariado de
CVX mundial)… Vivir este sentimiento comunitario no se cómo explicarlo… ¡¡Ha
sido tan rico!!
La
siguiente hoja del álbum la hacemos junto a otros compañeros de camino, otros
con los que compartimos tarea por el Reino. Con nuestros hermanos jesuitas,
trabajando en la PAL, con la fundación Ellacuría, con la diócesis de Bilbao,
con el resto de comunidades laicas… y un largo etc. Me ha servido para estar en
otros contextos de trabajo, de oración, de encuentro.
Se
agolpan más fotos, vivencias… nacimientos, bodas, fallecimientos, Durango,
Vitoria, Basauri, CVX España, compromisos, Misión, nombres, dinámica Benji, CVX
Loiola, Ciudadanía, Misión joven, Familia, formación, Salamanca… Lista
imborrable e interminable que no hace más que hacerme sentir agradecido.
Miro
los informes del consejo presentados en las tres últimas asambleas de la
comunidad y disfruto viendo todo lo que hemos vivido. Me ayuda a recordar y
hacer balance. Confirma todo lo que ha ido apareciendo en el álbum. Creo que lo
voy a echar de menos… aunque estará muy presente en casa…
La
segunda forma de hacer balance es ver los tiempos, medirlo a través de la
agenda. ¿Sabéis cuantas reuniones de consejo hemos tenido en estos tres años?
Viendo los informes del consejo de las tres últimas asambleas también aparece
este dato. 29 reuniones. 12 en el primer año, 9 en el segundo y 8 en el
tercero. Al principio estuvo el plan trianual y nos llevó más tiempo… de
agenda. A mí esto no me dice nada y no me sirve para hablaros de mi experiencia
en el consejo. Se queda vacío… No acepté ser el presidente del consejo teniendo
el dato de cuantas reuniones podría tener. Acepté ser candidato porque ya
estaba soñando en la comunidad… y echar la vista atrás confirma la gracia de
haber formado parte del consejo.
Tener a
la comunidad en el corazón diariamente, pensar en ella, rezar por ella,
cuidarla, cuidarnos, motivarnos en nuestra tarea y ayudarnos a sentir nuestra
vocación, sentirnos parte de una comunidad más grande… son razones más que
suficientes para dar gracias a Dios por estos tres años.
¡Seguimos
caminando juntos!
Con gran cariño, Guiller Ayuso