Contagiar la alegría de la familia en el Open Familias Ignacianas 2016

La “Alegría del Evangelio” de la encíclica del Papa fue la vivencia principal de las más de 300 personas que participaron en el Open de Familias Ignacianas el pasado sábado en Madrid. Venidas desde distintos puntos de la Provincia (Asturias, Andalucía, Murcia, Castilla y León, Galicia, Aragón…), y a pesar del cansancio, se contagiaron entre todos esa alegría que brota de la fe.
 
La jornada comenzó casi con magia, porque en una hora los participantes fueron capaces de crear una canción sobre las familias, ensayarla y grabarla para enviársela al Papa.
 
El Provincial de España, horas antes de marcharse a Roma para participar en la Congregación General, inauguró el Open invitando a las familias presentes a transformar el mundo. Recordó que “nuestra casa es escenario clave para que el mundo se encuentre a sí mismo” y que “la familia es algo determinante para cómo después interpretamos y modelamos nuestro mundo”. Para él “nuestras familias pueden trasformar el presente estado de las cosas” gracias a “la alegría que nace del amor, de esa alegría que es experta la familia porque en ella verdaderamente se ama y se ama mucho”.
 
A continuación el arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro, participó en una tertulia y pareció sentirse como en casa. Rememoró algunos recuerdos de su infancia y su familia así como la importancia que ésta tuvo en la transmisión de la fe y los valores cristianos. “Las mejores cosas de mi vida las he aprendido con mi padre, mi madre y mis hermanos: saber amar, respetar, servir, saber que el otro es más importante que yo mismo… lo he aprendido en mi casa”, un hogar que definió “de puertas abiertas”. D. Carlos Osoro recordó a los participantes que eran una familia muy grande, “con una herencia muy honda: la espiritualidad ignaciana” y les invitó a ser estufas: “Las familias cristianas debemos ser estufas que caminen al encuentro del otro, del diferente, que le ofrezcan su calor, que nunca se queden en calentar sólo a aquellos que conocemos, aquellos afines a nosotros. Todo otro es hijo y hermano”.
 
Miembros de distintas comunidades CVX participantes en el Open Familias 2016
 
El resto de la mañana se dedicó a trabajar por grupos diferentes retos a los que se enfrenta hoy la familia. Sirvieron también para conocer a otras personas con las que, a pesar de no conocerse, había mucha sintonía. Mientras, los pequeños tuvieron sus propias actividades lideradas por varios monitores.
 
La paella asentó el cansancio de muchos, mientras continuaban ensayando la canción inventada a primera hora, moviendo sus manos a ritmo de tenedor. Después de comer la creatividad culminó en un corazón humano, formado por todos los presentes a la entrada del colegio Nuestra Señora del Recuerdo, que acogió este numeroso encuentro. Chubasqueros rojos y blancos sirvieron para realizar esta composición que mostró al mundo cuál era el latido verdadero de las familias ignacianas.
 
Por la tarde, varios talleres llevaron a los presentes a ahondar en distintos aspectos de la familia como la transmisión de la fe, la relación de la pareja, las ecofamilias o cómo vivir la ecología en el seno de la familia…
 
Finalmente las vivencias del día se ofrecieron en una Eucaristía, en la que tuvieron también su protagonismo los más pequeños, y que fue presidida por el delegado de Pastoral, Alvaro Alemany sj.
 
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