Medio Oriente: Recuperar la palabra (Carta del P. General sobre la situación de los cristianos en Oriente)
(Fotografía: Carole Al Farah) |
Si queremos comprender el mundo y las
dinámicas que están en juego, no bastan las noticias breves, los titulares o
los tuits precipitados. En ocasiones la profundidad pasa por la información de
primera mano y por la reflexión. Ese es el motivo del documento que el Padre General de la
Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás, ha enviado a todos los jesuitas. Con
el deseo de que ellos, y las personas que colaboran en comunidades, obras e
instituciones, puedan reflexionar y tener presente la realidad golpeada de los
cristianos en países de Oriente Medio. Para ello ha pedido a un grupo de jesuitas relacionados
con Oriente Próximo que ofrezcan su análisis. Es lo que hacen en un documento
que se puede ver AQUÍ.
Sería deseable que muchos pudiéramos leer, reflexionar y
dialogar sobre esta situación. Tanto por conocer aquello, como por pensar en la
realidad compleja de nuestro mundo, nuestra Iglesia, y nuestra posible
responsabilidad.
Los autores explican el objetivo del texto: "Ante
este drama (de las
comunidades cristianas en Palestina, Siria, Irak, Libia, Yemen y otros lugares)
tenemos que romper el silencio y despertar las conciencias individuales y la de
la comunidad internacional".
Es lo que hacen dividiendo el documento en dos secciones
bien diferenciadas. En la primera parte (Una situación alarmante) detallan, con
algunos datos, la precariedad y violencia que afrontan los cristianos
perseguidos. Sin cargar las tintas sobre lo trágico, pero sin ser tampoco
ciegos a ello, oscilan en su análisis entre la crudeza de los datos, los
diversos orígenes de una situación bien dolorosa, pero también las esperanzas
que no hay que perder. En la segunda parte (Toma de conciencia para construir el futuro),
expresan cómo "la esperanza y la responsabilidad cristianas nos empujan a
trabajar con otros para que las fuerzas de división y muerte no continúen su
acción destructiva". Ante el silencio forzado, hablan de recuperar la
palabra. Expresan la necesaria implicación de todos para educar para la
democracia. Piden una renovación espiritual y religiosa que permita clarificar
los límites de lo político y lo espiritual, especialmente mezclado en algunos de
estos contextos. Proponen una identidad cristiana que no se construya desde la
oposición sino desde el diálogo entre las distintas Iglesias; y desde el
reconocimiento de la complejidad del mundo musulmán. Llaman al desarrollo de
una teología de la
"resistencia espiritual". Y exigen responsabilidad
internacional ante las rupturas que asolan la región.
Merece la pena leer el documento. Y reflectir, porque en
él hay muchos gritos para nosotros. Una llamada a la toma de conciencia sobre
la realidad asolada de nuestro mundo. Una invitación a repensar nuestra propia
identidad cristiana y a encontrar, también nosotros, un equilibrio entre
diálogos y resistencia espiritual. Y un grito profético para repensar en
nuestra propia responsabilidad y nuestras posibilidades de actuar, desde
colegios, universidades o desde nuestra mayor o menor capacidad de incidencia.
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