El Consejo CVX Sagrada Familia de Barcelona comparte la introducción
leída el domingo 17 de abril en la Eucaristía de renovación y celebración de
compromisos CVX de varios miembros de la comunidad, que recoge el trabajo
realizado durante el año, la alegría por la fiesta compartida y el sentirse
comunidad enviada en misión para en todo amar y servir.
En cada Eucaristía
Jesús viene a nosotros para decirnos que si queremos ser felices hemos de amar
y ayudar a los demás. Para nosotros, amigos de Jesús, cada celebración de la
Eucaristía es importante ya que recordamos el día en que se reunió con sus amigos
en una cena especial: en ella bendijo el pan y el vino para enseñarnos como
hemos de vivir: siempre atentos a los que lloran y a los que sufren.
En cada Eucaristía
Jesús quiere que miremos en nuestro corazón para ver qué nos falta para vivir
como Él vivió: ¿consolamos a quienes están tristes? ¿Amamos a nuestros padres,
abuelos, hermanos, compañeros de trabajo, a quienes nos caen bien y a aquellos
que no nos caen tan bien? ¿Les amamos con palabras o con hechos? Jesús nos pide
que le acompañemos y que participemos de esta cena para sentirnos junto a Él y
de sentirnos juntos Iglesia.
Esta tarde, este
sentirse juntos Iglesia resuena de una manera especial ya que CELEBRAMOS, con
mayúsculas, que algunos miembros de nuestra comunidad ofrecen el compromiso temporal o permanente con CVX.
También celebramos que algunos de nosotros
queremos renovar estos ofrecimientos que hemos ido realizando a lo largo de los
años, algunos hace ya 25 años.
Aprovechando este
aniversario en la Comunidad hemos trabajado de nuevo qué quiere decir pertenecer
a la Comunidad de Vida Cristiana, lo que comporta de estilo de vida personal y
comunitario según se expresa en sus Principios Generales. Hemos orado y
discernido si esta pertinencia es nuestro lugar en la Iglesia para desarrollar la
vocación cristiana. y sí, en Sagrada Familia vivimos la vocación CVX, somos y
nos sentimos miembros de una comunidad universal que se encarna de manera
diversa. Cada día intentamos construir el Reino de Dios siguiendo la misión que
Jesús nos ha encomendado.
Estos miembros de la
Comunidad que hoy se ofrecen han sido seducidos por Cristo, han descubierto o
reafirmado su opción por Él en
experiencias de Ejercicios que han transformado sus vidas, son personas que
toman decisiones discernidas, y creemos que ponen sus capacidades a disposición de lo que pudiera ser más útil en
cada momento. Son peregrinos de largo recorrido que han ido creciendo
espiritualmente y que lo continúan haciendo con ilusión y esperanza siendo plenamente conscientes de
que sólo con la Gracia de Dios todo esto será posible. Como Comunidad hemos
hecho todo lo posible para ser un lugar privilegiado de acogida que les impulse
a descubrir a qué están llamados y donde el acompañamiento de Dios también se
haga presente de manera evidente. Alegría, agradecimiento, buscar el Reino y su
justicia, sentido de pertenencia, servir, amar, Jesús, Gracia son las palabras
que con frecuencia han resonado al compartir sus vivencias.
Somos miembros de una
comunidad que es universal y hoy esto lo queremos mostrar con un cirio que nos
recuerda nuestra proximidad con la
CVX-Lituania ya que recientemente hemos
acogido a una comunitaria lituana que venía a Barcelona a recibir un tratamiento
médico especializado. En el mismo sentido agradecemos la presencia de Pablo y
de Chema que hoy visibilizan que somos acogidos en una comunidad universal así
como la de los miembros del Consejo de CVX-Catalunya y de otras comunidades que
nos habéis querido acompañar.
Hace
pocas semanas, el Jueves Santo, revivíamos el ritual de Jesús lavando los pies
a sus discípulos. Jesús, escoge este gesto antes de celebrar la última cena con
los suyos. Lava los pies de los discípulos, uno a uno. Se ciñe una toalla, se
hace humilde servidor y ayuda a los discípulos a entender qué significa servir y ser servido.
Que sea esta la voluntad que llene nuestras vidas y esta celebración.