Artículo sobre #CrisisSolidaridad publicado en @diariomallorca por CVX Palma junto a las asociaciones ignacianas de Mallorca: Colegio y comunidad de Montesión, Associació antics alumnes de Montesió, Solidaris de Montesión, Fundació Patronat Obrer, Fundació Padre Montalvo, Casa de espiritualidad San Alonso Rodríguez y parroquia San Juan de Ávila.
Tal y como viene
anunciándose en estas páginas, el día 5 de este mes se celebró el 25
aniversario del fallecimiento del padre Pedro Arrupe, quien fuera superior
general de los jesuitas desde 1965 a 1981, es decir en los años inmediatos al
Vaticano II. Eran años de ilusión, de optimismo, de vigor, de un ímpetu que
parecía insobornable, a pesar de las dificultades posteriores que aparecieron
porque surgió el miedo al cambio, y el miedo siempre paraliza. Fueron años en
que las fuerzas vivas de la Compañía se vieron animadas por Arrupe con su
imperturbable entusiasmo y compromiso, para movilizar al conjunto de los
jesuitas, a otras muchas congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, así
como a incontables seglares, ellos y ellas, a que se mantuvieran firmes en la
dinámica renovadora conciliar.
En la actualidad, su
figura siempre viva, poderosa, alentadora, permanece en pie como referencia
para tantos. Nosotros, las Instituciones firmantes, guiadas y fortalecidas por
el espíritu atrevido y confortante del padre Arrupe, emanado de la
espiritualidad ignaciana que lo impregnara por completo, y que nos acoge
también a todos nosotros, hemos iniciado una reflexión sobre la crisis en la
que estamos inmersos, a partir de un documento elaborado por la misma Compañía de
Jesús en España, y que pretende ser programático para todos "los
ignacianos" vinculados a ella de diferentes formas.
Este documento busca
iluminar la reflexión y el sentir de toda la familia ignaciana en este preciso
momento histórico. Y, en un intento de síntesis de sus contenidos, pretende lo
siguiente: "Dejarnos afectar por la realidad" (es decir, no nos deja
indiferentes), invitar a la reflexión (esa realidad nos cuestiona), tomar
postura evidente (desde una sensibilidad ética y cristiana), sugerir propuestas
y alternativas de actuación, estimular nuestra propia responsabilidad (personal
e institucionalmente), en pocas palabras, "expresar nuestra
insatisfacción, pero no de forma pesimista y desesperada, sino con espíritu
creativo y de búsqueda", exponiendo reflexiones y propuestas para
fortalecer "la solidaridad en la crisis".
El documento se
titula "Crisis de solidaridad, solidaridad ante la crisis". "Un
ofrecimiento, se nos dice, para potenciar el debate público, elaborado desde
los valores del evangelio y desde una sensibilidad cristiana que creemos puede
ser comprendida por todos y todas, aunque no siempre sea totalmente
asumible".
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