Experiencia de verano en Dar Tika (Tánger)

Dar Tika es un proyecto desarrollado en Tánger, y que atiende a niñas que se encuentran en la calle.
Como sabéis un proyecto que desarrolla una de las líneas de nuestro proyecto apostólico de CVX España en el ámbito de las migraciones, en concreto Frontera Sur. En 2014 fue apoyado desde el Fondo Común de la comunidad para la contratación de una trabajadora social.

Reunidos con la comunidad de Salamanca en torno a un café tratamos de explicar a nuestros compañeros lo que había sido el mes de septiembre colaborando con el Proyecto Dar Tika en Tánger. Digo tratamos porque intentar encerrar una experiencia en pocas palabras siempre resulta complicado.

Aterrizamos en Tánger un 2 de septiembre, con mucha  ilusión y la expectativa de colaborar en lo que pudiéramos, y no estorbar demasiado,  en los proyectos que tienen las religiosas de Jesús María en la ciudad.  Los dos proyectos son una guardería que atiende unos 80 niños, y el Centro Dar Tika de acogida a niñas de la calle y con el que colabora CVX.

Sin duda una de las cosas por las que nos sentimos muy agradecidas es por sentimos muy acompañadas desde el principio por Lolín, Inma y Tete. Desde el mismo momento en que nos  recogieron en el aeropuerto, como durante toda la experiencia, estuvieron siempre muy pendientes de nosotras y esto nos ayudó a irnos situando, tanto en un contexto cultural tan diferente al habitual, como en los dos proyectos en los que íbamos a colaborar.

Nuestro día a día consistía en echar una mano por la mañana en la guardería y realizar actividades por las tardes con las niñas de Dar Tika.

La guardería en la que hay aproximadamente 80 niños entre los 2 y los 6 años, está dividida en 3 aulas. Nosotras apoyábamos fundamentalmente el aula de los más pequeños con edades entre los 2 y 3 años. Justo comenzaba el inicio de curso y por lo tanto los niños se incorporaban por primera vez a la guardería, era un momento de adaptación importante en el que muchos, era la primera vez que se separaban de sus padres o de personas familiares para ellos, por lo tanto no les quedaba otra que confiar que pasadas unas horas volverían a recogerles; otra novedad era estar y compartir con otros niños, la dinámica de las clases (donde son los adultos quienes organizan el tiempo, ponen las normas, hablan con calma, escuchan...), los juegos, la comida, la siesta…..Fue una experiencia importante ir conociendo a los niños y a sus padres, ver como a medida que pasaban los días iban avanzando a pasos agigantados y acostumbrándose a estar allí. Ya no lloraban como los primeros días, e iban aprendiendo con esa asombrosa facilidad que tienen los niños tan pequeños…. Hemos de reconocer, que nosotras coincidíamos con los niños en la fase de adaptación y por lo tanto en algunas de sus emociones y sentimientos: incertidumbre por lo que iba a venir a continuación, si les entenderíamos y nos entenderían, confianza por la seguridad que nos transmitían quienes llevaban más tiempo, años, alegría por la confianza que nos mostraban los niños, los adultos, los familiares de los niños que nos dejaban a sus hijos incluso aunque ellos lloraban (inicialmente), cansancio por la emoción de todo lo nuevo... emociones y sentimientos que según fueron pasando los días se transformaron en equilibrio, calma, alegría, sorpresa... también cierto cansancio, propio de estar con niños!!!

Por las tardes estábamos con las niñas de DarTika. En ese momento había 8 niñas, entre los 9 y los 15 años. A mediados de mes,  una de ellas, cambio de centro pues al cumplir los 15 años pasan a otra institución. Con ellas hicimos talleres de punto de cruz, juegos cooperativos, y las acompañamos en paseos por la ciudad junto a alguna de sus educadoras.

Los primeros días fueron momentos de mucha actividad, lo que no nos permitió pararnos a saborear, ni a interiorizar todo lo que estábamos viendo y viviendo. Sin embargo poco a poco comenzamos a ser conscientes y a saborear la experiencia.

Por un lado del contexto de Tánger, una ciudad que está a solo 14 km de España pero que es otro mundo, una cultura muy diferente a la nuestra, que genera cierta inseguridad, al principio, sobre todo en cuanto a cómo moverte,  a reconocer que para muchas cosas no sirven los esquemas que traes. Por otro lado nos queda la sensación de que un mes no da de sí lo suficiente para entender gran parte del trasfondo cultural y  de la manera de funcionar de las personas,  hace falta mucho más tiempo.

Por otro lado una experiencia fuerte durante este mes ha sido el ir conociendo cada vez más a las niñas de Dar Tika.  Dar Tika como ya sabréis significa “Casa de la confianza”. Y así nos sentimos, con unas niñas que nos abrieron su casa y su dinámica habitual, lo que nos permitió ir conociendo sus nombres, un poquito de sus historias, sus necesidades…. Y ese ha sido un gran aprendizaje, el ver y conocer como cada una con su historia, en todos los casos difíciles, eran capaces de acoger, de jugar, de estudiar y sonreír, y vivir con sus momentos buenos y malos… un aprendizaje de vida, sin ninguna duda!

En este mes tuvimos muy presente a la comunidad. Por un lado por el contacto a través del wassap con nuestra pequeña comunidad de Salamanca, que sabíamos que estaba muy pendiente, por el contacto y acompañamiento de María del equipo de migraciones, y por saber y sentir que de alguna manera todos estábamos ahí, en esa frontera como en otras, aunque físicamente no podamos estar  todos pero si en cuanto a sensibilidad.

Que nos queda de este mes... quizá la sensación de haber abierto un poco más  nuestra vida, nuestra sensibilidad, nuestros oídos, nuestro entendimiento. Hemos salido de nuestro mundo, a la intemperie de otro espacio distinto... y da la sensación de que se te abre la mirada. También más abierto el corazón con otros nombres, personas, gestos y experiencias vitales que son tan enriquecedoras.

Isabel y Mayte