EMIGRANTE Y/O REFUGIADO
Me he puesto a pensar seriamente
pues quizás lo tenía olvidado,
que yo he sido emigrante
y en algún sentido, refugiado.
Ahora quizás lo vea distante
y hasta lo deje pasar de lado,
pero hace apenas “un instante”,
la VIDA, como a ellos, se me ha regalado.
No os parece eso bastante
para sentirme, en verdad, agraciado,
por eso de forma constante,
pienso en QUIEN me ha creado.
En el sol resplandeciente,
en la tierra que aquí y allí he pisado,
sé que nada de eso es permanente,
pero si que todo “gratis” se nos ha dado.
Tengo por eso siempre presente
que soy en verdad afortunado,
de vivir entre tanta gente
y de ser por todos ellos amado.
¿Qué me diferencia del emigrante?
¿Qué me distingue del refugiado?
¿Acaso, nacer en otro continente?
¿Vivir, del mismo mar, al otro lado?
Así tienes que verlo, amigo “leyente”
y sentirte en verdad afortunado,
por eso debes aceptar a toda esa gente
que de su tierra ¡la tuya! Han emigrado.
Bien sabes que sólo Dios es Inmanente,
y en esta Madre Tierra, que ÉL ha creado,
no trates nunca a nadie de emigrante,
acepta siempre “como igual” al refugiado.
Tu amor debe estar siempre latente,
seas quizá pobre o quizás adinerado,
por eso en todo lugar e instante,
No dejes nunca a nadie abandonado.
Que nuestro compromiso sea permanente,
hagamos que se vea, por todos, estimado,
toda y todo aquél que se siente,
de su DIGNIDAD degradado.
Es, en verdad, indignante
que aún hoy no hayamos aceptado
¡Que al tener de sobra y suficiente!
Debemos dar al de lejos y al de al lado.
¡SIENDO SIEMPRE BUENOS SAMARITANOS!
Juantxu Oscoz – Salobreña – 18 de Septiembre de 2015