En Argentina todo comenzó el miércoles 1 de Julio cuando prestos y diligentes Menchu y
Fernando desembarcaron de la otra orilla del Río de la Plata, en la Ciudad de Buenos Aires
procedentes de Montevideo donde habían dado el Reloj de la Familia en 4 días (allá
participaron cuatro matrimonios de CVX Argentina), en el puerto los esperaba Carlos Acosta,
nuestro presidente.
El sueño de la Asamblea en Beirut de poder realizar este taller en el Río de la Plata ya había comenzado a ser realidad. Luego de instalarse en la Comunidad Jesuita de Buenos Aires, junto al P. Juan Berli SJ, nuestro asistente eclesiástico nacional, compartimos la misa y un buen asado en Puerto Madero con la familia cevequiana de la Ciudad de Buenos Aires y hermanos de Ecuador.
El jueves estuvimos visitando la ciudad (La Boca – San Telmo – Av. 9 de Julio – Recoleta – Palermo). A las 19,30 hs. Fernando disertó para los padres del tradicional Colegio del Salvador sobre “Crisis y Reconciliación desde una perspectiva ignaciana”. Más allá del cansancio del día turístico, lo cerramos con una cena mientras aprendíamos a bailar tango.
El viernes rumbeamos hacia la ciudad de San Miguel (a 40 km de la Ciudad de Buenos Aires lugar de muchos contrastes y desigualdad económica en las familias), de camino visitamos las islas del delta del Paraná (Tigre). En el Colegio Máximo de San José esperaban los miembros del Equipo del Centro Loyola y la comunidad de CVX San Francisco para el nuevo desafío de servir y aprender el Reloj de la Familia. Asistieron 20 parejas (dos de CVX Paraguay y tres de CVX Argentina), los demás eran de los barrios circundantes, parroquias y capillas en las que trabajan los Jesuitas.
A pesar del ritmo intenso de darlo en dos días, recogimos profundas emociones con alegría y grandes frutos.
El domingo, mientras Gabi y Juan llevaban a Menchu y Fernando al Aeropuerto Internacional de Ezeiza (a 50 km. de San Miguel), Marcelo, Carmen, Paula y Esteban, dos de los matrimonios de nuestra comunidad que habían realizado el taller en Montevideo, tomaron la posta de este legado que con tanta generosidad CVX España nos regaló.
Lo único que nos queda decir desde Argentina es Gracias, Muchas Gracias al Equipo Misión Familia de la CVX España, en especial a Menchu y Fernando pues no solo han venido a enseñarnos y a compartir su experiencia sino que también nos han ofrecido el corazón.
Gabi Aguer
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