Una experiencia de acompañamiento en el CIE

Aquí está el testimonio de Celia, que está participando como voluntaria de Pueblos Unidos en el equipo que entra en el CIE. Fue una petición de Pueblos Unidos a la CVX y Celia se ofreció para el envío, al que intentamos acompañar desde el equipo de CVX España y por supuesto desde su comunidad.

Hola, soy Celia.
Estoy en la comunidad de Caná.

Hace unos pocos meses (alrededor de cuatro) estoy colaborando como voluntaria en el grupo de visitas al CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Pueblos Unidos.  El compromiso supone visitar el listado de internos que decide el coordinador (dos o tres). Suelo ir los viernes por la mañana (el horario de visitas es de 10 a 13).

Las visitas se llevan a cabo en el locutorio del CIE (abren una ventana, y conversamos cara a cara con el interno; cosa que no pueden hacer los familiares por la tarde, que deben hablar con los internos por teléfono…). El trabajo consiste en acompañar…con lo que eso supone. Charlamos con ellos, les aconsejamos jurídicamente si ha lugar, les damos una tarjeta de teléfono –que suelen agradecer, para poder hablar desde el CIE con sus familiares y amigos.

Si necesitan que hablemos por teléfono con alguien para dar recados, lo hacemos. Las solicitudes pueden ser muy variadas.

Aunque puede parecer una tontería, el acompañamiento en algunos casos es esencial. Algunos internos no tienen familia ni amigos a mano, y el contacto con gente del fuera lo agradecen. En el CIE sienten una soledad inmensa, a veces profunda tristeza, desconcierto, falta de seguridad, etc…el que alguien llegue por allí a charlar, simplemente, les hace sentir bien. Al menos, así lo expresan.

Como resultado de las visitas, los datos se vuelcan en una base de datos común. Esta información sirve después a Pueblos Unidos para llevar a cabo el Informe anual que sacan. Os pego el enlace al de este año: http://www.sjme.org/sjme/item/794-cie-y-expulsiones-expres

Me gusta el trabajo que hago. Pero confieso que, a veces, me implico de tal forma, que no puedo dejar de pensar en la persona.  Son situaciones muy estresantes, en las que la gente sufre mucho, y en las que un paso mal dado, una mala sugerencia, supone para ellos salir del país (y volver a otro, el suyo de origen, muy pobre, en el que a veces no les queda nadie ni nada).

En otros momentos de mi vida he trabajado con ancianos, enfermos de SIDA, menores de familias muy desestructuradas, desplazados de guerra…y os aseguro que esta experiencia es la que más me está llegando. Es increíble que tratemos tan mal a los inmigrantes…les llamamos “ilegales”, les ponemos verjas y vallas con pinchos, con fosos llenos de agua y cristales, les encerramos en el CIE cuando su único delito es buscar una vida y un futuro mejor…

“Aquí no caben todos” , “no tenemos sitio”, “yo pago Seguridad Social y ellos no”…¿dónde quedaron las palabras de Jesús: “el que lo hizo con uno de estos…conmigo lo hizo”.

Sinceramente creo que una vida más sencilla por nuestra parte, menos ostentación y despilfarro, más generosidad, traería unas políticas de acogida más amplias, menos abuso de la medida del internamiento sin derechos humanos…creo que las políticas de inmigración pueden y deben coexistir con los derechos humanos.


¿Por qué este tema de la inmigración ha sido elegido en Líbano como una prioridad para CVX?