El pasado sábado 25 de abril
tuvimos un día de convivencia miembros de la CVX Granada y Almería en el Parque
El Boticario, en Almería.
Aunque nos hemos reunido otras
veces, esta era la primera vez que el encuentro se celebraba en Almería. Ambos
grupos llevábamos buscando fecha y el momento no podía haber sido más propicio,
pues coincidió con la llegada de la gran noticia que ha sido para todos la
admisión temporal del grupo de Almería como CVX Indalo-Loyola.
Tras llegar al lugar y tomar un aperitivo, llevamos a cabo una gymkana virtual llamada Odisea Ignaciana que habían preparado los de Almería. Se trató de un rato de reflexión por parejas, en principio planteado para que adultos y niños interactuaran, pero modificado a última hora para los adultos solamente. Fue un rato entretenido y simpático con momentos para compartir, conocernos mejor y para profundizar algo más en algo muy fuerte que nos une: nuestra espiritualidad ignaciana como un camino, como una forma de ver el mundo.
Después de ese rato de compartir
y de contemplar nuestra realidad como una odisea tuvimos un rato distendido de
charla, de comida, de risas, de soñar juntos… Nos queda la sensación de que de
estos ratos se saca mucho bueno; de hecho le pusimos nombre a algunos sueños
compartidos que tenemos.
Por fin, nos desplazamos a la
capilla de la parroquia de San Ignacio de Loyola, en el barrio de Piedras
Redondas para seguir compartiendo en la eucaristía. Hubo momentos de honda
emoción, de vivencia de la universalidad, de ser una sola comunidad de vida
cristiana.
El momento culminante fue,
probablemente, cuando después de la comunión leímos la preciosa carta del
presidente José María Galán quien, en nombre del consejo, nos daba la
bienvenida en este cuerpo apostólico y nos indicaba el camino a seguir en este
nuevo periodo que se abre ante nosotros. ¿Verdad que no había un momento más
propicio para leerla?
No penséis que, por esperada, la
noticia fue acogida con menos celebración. Nos ilusionó por lo que tiene de sí,
por lo que tiene de camino, por ser puerta de esperanza, por aceptar nuestro
compromiso, por confirmar nuestros deseos y por haberla compartido con nuestros
queridos amigos en el Señor de Granada que nos ayudaron a sentir a toda la CVX
acogiéndonos.