Desde arriba

Estos días he estado viendo con mis alumnos de Educación para la Ciudadanía la película de El Club de los poetas muertos. Al preguntarles qué parte de la película les había gustado más, la mayoría coincidieron en la escena final en la que los alumnos se suben encima de sus pupitres venciendo sus miedos y demostrando al profesor Keating que estaban con él ante su injusta marcha.

El profesor, días antes en sus clases les había dicho: “Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba”. Y ellos ahora subidos encima de sus pupitres le demostraban que no habían olvidado su magistral lección y que estaban dispuestos a pensar por sí mismos y a aplicarla en sus vidas.

La cuestión es que al igual que a mis alumnos, a mí también esta escena me ha gustado porque me ha hecho reflexionar sobre cómo afrontamos muchas veces lo que nos sucede cuando no lo hacemos desde la perspectiva adecuada, es decir, desde la perspectiva de Dios. Su perspectiva siempre será más amplia que la nuestra, porque Él lo contempla todo en su totalidad, “desde arriba”. Nuestra mirada sin embargo es corta y limitada, por eso a veces nos desconcierta lo que nos ocurre. 

Ante esto, me resuena una doble petición:

Pidámosle con confianza que nos dé su mirada en las personas y en las situaciones del día a día, sabiendo que Él es nuestro Padre que nos ama incondicionalmente y sólo quiere nuestra felicidad.

Pidámosle también ser “jirafas” como nos decía el Padre Adolfo Nicolás, para tener una mirada alta y amplia por encima de nuestros miedos y temores que nos haga estar donde sea más urgente y necesario.

Ana, CVX- Madre de Dios en Jerez