Carta del presidente a la comunidad mundial CVX. 2014

1. Una reflexión para reconocernos en el Espíritu de nuestra Asamblea Mundial de Líbano

“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos.  Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo…”
Papa Francisco, Evangelii Gaudium No. 49
Queridos hermanas y hermanos de nuestra amada CVX en todo el mundo. Cada uno, y todos juntos como comunidad, somos fruto de la gracia del amor de Dios por nosotros. Nuestra opción como CVX es fruto de un llamado del Espíritu a caminar en el proyecto de Dios. También somos consecuencia de una respuesta firme, discernida, y profunda, para seguir un itinerario: el de Cristo encarnado y hermano nuestro. En nuestra identidad CVX, el centro de nuestra existencia es este reconocimiento de un Dios que por puro amor se encarna y nos invita a participar de Su proyecto (PG No.1). La única razón de ser de nuestra comunidad, así como la de todo creyente que madura su fe, es la de vivir plenamente para adentrarnos en este camino de seguimiento de Cristo.

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