Vacaciones dedicadas a Dios

Durante todo el curso soñamos con las vacaciones. Ese momento de disfrutar, salir de la rutina, desconectar del trabajo, dormir… siempre planeas sacar el máximo partido a esos días libres y estar con los que más quieres. Cuando decides utilizar esas vacaciones para hacer ejercicios espirituales algunos no lo entienden, pero en mi interior, llevaba todo el año con inquietud, necesidad de búsqueda y encuentro con Dios. Entones, ¿qué mejor para utilizar las vacaciones que dedicárselos al Señor? 



En los días anteriores hubo dudas, miedo, nervios ¿no sería mejor ir al pueblo o unos días a la playa? Sin embargo la experiencia de esta primera semana de Ejercicios Espirituales en Salamanca con CVX ha sido maravillosa. Una vivencia de gracia que he recibido como un regalo de Dios, que me pone en camino con una Fe mucho más profunda. 

Durante esta primera semana de ejercicios, las emociones han sido muy intensas. En el silencio te descalzas ante el Señor, te miras tal y como eres, derribando los muros que nos ponemos en el día a día, que hasta ese momento no sabía que eran tan altos y tan desordenados. Cada meditación y contemplación ha sido un tiempo para Dios y para mí. Un encuentro en el que he descubierto Su grandeza, un Dios creador que nos ama, al que le duele la injusticia y el odio en el mundo, y también mis pecados, y a pesar de ello nos da su perdón. He sentido su mirada de misericordia, su abrazo que me llenaba ¿Cómo no ponerle en el centro de mi vida? 

Todavía me sorprende como en el silencio he estado acompañada por la comunidad. Estos días convives con personas a quien no conoces, y tras la experiencia les llamas hermanos. Algo así solo es posible si el Espíritu está con nosotros. 

Ahora, sólo hay palabras de agradecimiento. Me pongo en camino con una mochila, que aunque estaba llena de agujeros, ahora está remendada por Dios, dispuesta a llevar a mi día a día esta nueva dimensión de mirar y hacer mi vida de Dios. 
Silvia Arribas Herrán
CVX Valladolid