Testimonio de un peregrino: Ruta ignaciana Barcelona 2014

En verano es cuando más tiempo libre tenemos. Por ello gracias a la labor del Centro Loyola y CVX en  Donostia, un grupo de jóvenes adultos hemos realizado una Ruta Ignaciana por Cataluña justo antes de empezar el nuevo curso académico.

Alrededor de 15 personas -mayoritariamente jóvenes adultos- nos hemos ido reuniendo para preparar esta experiencia a lo largo del pasado curso. Reuniones que han formado una nueva comunidad durante este año. Comunidad con la que hemos compartido comidas, sentimientos, problemas, ideas, fe…

Un punto importante de este grupo era la propia Ruta Ignaciana que se iba preparando a lo largo de los diferentes encuentros y que se ha desarrollado en Cataluña. Esta Ruta Ignaciana la hemos comenzado en la  ciudad de Barcelona donde hemos visitado los lugares y momentos clave durante la estancia de Iñigo en la Ciudad Condal. La ruta continuó hacia el Monasterio de Montserrat donde pudimos vivir -como comunidad- las claves de la experiencia de San Ignacio de Loyola. Un ejemplo de ello es la experiencia vivida con la actividad que hicimos de “nuestra propia vela de armas”, entregando a la Moreneta todo aquello que nos dificulta para seguir a Jesús. Para finalizar la ruta nos dirigimos a Manresa donde visitamos la Cova de San Ignacio, lugar clave en su vida.

Por otra parte también hemos reflexionado y celebrado la propia experiencia de fe. Reflexiones acerca de cómo podemos lavar los pies o cómo nosotros podemos ‘ayudar a las ánimas’. Nos hemos dado cuenta de cuáles son las claves para estar alrededor de Jesús y ponerle a Él en el centro de nuestras vidas.

Otro aspecto a destacar  fueron los encuentros de solidaridad. Visitamos diferentes realidades en Barcelona: acogida de gente sin techo, residencias de ancianos para gente sin recursos, reinserción de mujeres con distintas realidades en la sociedad... Hemos aprendido que ‘en la vida las cruces se pueden arrastrar o cargar’ y que el modo de llevarlas depende de nosotros. Un testimonio importante fue el que pudimos vivir a través de una religiosa que decidió vivir como un pobre más para así ayudar a los más desafortunados. A través de ella vimos que “hay veces que es necesario bajarse del tren de la vida para ayudar a quien no sabe siquiera dónde está la estación”. Fueron testimonios muy enriquecedores y situaciones duras. Personas transmisoras de Evangelio.

Destacar también los paisajes que nos acompañaron durante todo el camino de Barcelona  a Montserrat y  Manresa. Muy recomendable para cualquiera que quiera disfrutar de una naturaleza extraordinaria.


La ruta ha sido todo un éxito. Los objetivos que nos fijábamos a lo largo del año se han cumplido y los participantes hemos vuelto con más fuerza que nunca. Ahora llevamos una mecha que no debemos dejar apagar. Mecha  con la que debemos encender otras velas. Pedimos porque la luz que llevamos llegue -al menos- hasta la ruta del año que viene. Esto no ha hecho más que empezar.

En el siguiente enlace puedes ver fotos de la ruta y de los momentos más destacados:  https://www.flickr.com/photos/126857980@N05/sets/72157647007530328/