En la mañana del jueves, los delegados se han repartido en grupos prácticos de discusión en torno al trabajo de los equipos apostólicos: familia, migraciones, misión joven, socio-política y comunicación.
Jose Carlos, Leti, Jesús, Carlos y Tucho, desde jóvenes, han querido dar las gracias a los que han participado. "Se ha comentado y valorado positivamente el trabajo hecho por el equipo. También se han apuntado posibles vías de trabajo con jóvenes para los próximos años. Se ha señalado la importancia de definir el trabajo a realizar, centrar las edades y el objetivo a alcanzar".
Jose María Riera ha coordinado el taller de familia, el taller más numeroso, "lo que implica la urgencia y la importancia del sentir familia en la comunidad", ha expresado. "El reloj de la familia se esta dando en muchas comunidades y también en centros fuera de la comundiad, lo que se valora mucho. Hay una necesidad de abarcar ya el segundo paso: aplicarlo a la realidad de las familias "diversas". En octubre habrá un encuentro de valoración que es muy importante para seguir desarrollando este reloj en el segundo año, con una planificación de largo alcance".
En migraciones, lideraban la reunión Asier Arpide y María Morales. Han explicado el plan de acción del equipo para los próximos años y dos proyectos a nivel nacional que están ya materializándose: uno en Tánger con la congregación de Jesús y María, con niñas en desprotección absoluta, y el otro, el de crear comunidades de hospitalidad, para que las comunidades locales trabajen sobre la posibilidad de atender peticiones concretas de acompañamiento a migrantes en la linea de trámites, acogida, atención de necesidades cotidianas... Los participantes eran personas muy implicadas, lo que ha producido mucho fruto.
Doce personas han participado en el taller de socio-política, coordinado por Jorge Emperador. Se ha visto clara la necesidad de que toda la comunidad trabaje una mayor participación en lo público, en el campo de la política, más allá del partidismo. "Lo que nos une a todos es la doctrina social de la Iglesia, y hay que profundizar en ella como elemento común, explica Jorge. Vemos que hay que establecer sinergias y acompañar tanto a las personas como a las comunidades que optan preferentemente por este campo".
En comunicación, Gemma y Ana han valorado mucho la implicación de los participantes, que han reflexionado juntos sobre la importancia de tener claro qué debemos comunicar (testimonios, experiencias en primera persona desde los equipos apostólicos, historias cotidianas de superación y fe) y cómo comunicarlo (con un lenguaje sencillo, adaptándonos a las plataformas que utilicemos, con valentía e impacto).
Jose Carlos, Leti, Jesús, Carlos y Tucho, desde jóvenes, han querido dar las gracias a los que han participado. "Se ha comentado y valorado positivamente el trabajo hecho por el equipo. También se han apuntado posibles vías de trabajo con jóvenes para los próximos años. Se ha señalado la importancia de definir el trabajo a realizar, centrar las edades y el objetivo a alcanzar".
Jose María Riera ha coordinado el taller de familia, el taller más numeroso, "lo que implica la urgencia y la importancia del sentir familia en la comunidad", ha expresado. "El reloj de la familia se esta dando en muchas comunidades y también en centros fuera de la comundiad, lo que se valora mucho. Hay una necesidad de abarcar ya el segundo paso: aplicarlo a la realidad de las familias "diversas". En octubre habrá un encuentro de valoración que es muy importante para seguir desarrollando este reloj en el segundo año, con una planificación de largo alcance".En migraciones, lideraban la reunión Asier Arpide y María Morales. Han explicado el plan de acción del equipo para los próximos años y dos proyectos a nivel nacional que están ya materializándose: uno en Tánger con la congregación de Jesús y María, con niñas en desprotección absoluta, y el otro, el de crear comunidades de hospitalidad, para que las comunidades locales trabajen sobre la posibilidad de atender peticiones concretas de acompañamiento a migrantes en la linea de trámites, acogida, atención de necesidades cotidianas... Los participantes eran personas muy implicadas, lo que ha producido mucho fruto.
Doce personas han participado en el taller de socio-política, coordinado por Jorge Emperador. Se ha visto clara la necesidad de que toda la comunidad trabaje una mayor participación en lo público, en el campo de la política, más allá del partidismo. "Lo que nos une a todos es la doctrina social de la Iglesia, y hay que profundizar en ella como elemento común, explica Jorge. Vemos que hay que establecer sinergias y acompañar tanto a las personas como a las comunidades que optan preferentemente por este campo".
En comunicación, Gemma y Ana han valorado mucho la implicación de los participantes, que han reflexionado juntos sobre la importancia de tener claro qué debemos comunicar (testimonios, experiencias en primera persona desde los equipos apostólicos, historias cotidianas de superación y fe) y cómo comunicarlo (con un lenguaje sencillo, adaptándonos a las plataformas que utilicemos, con valentía e impacto).