Oración de la mañana

Hemos orado. Hemos escuchado. Sintiéndonos miembros de una misma comunidad, juntos vamos percibiendo y creyendo cada vez más en ser cuerpo apostólico, el sujeto que debe discernir en la comunidad. 

Los frutos han sido muchos aunque no podemos irnos tranquilos, pero sí en paz para seguir concretando el dónde, el cómo... Ha habido una gran unión de ánimos. 

Amalia, la guía de nuestra asamblea, nos muestra una caja, llena de mariposas que llevan escritas en sus alas muchas cosas. Le pedimos al Señor la gracia de que nuestros deseos y nuestro corazón también vuelen alto.

Gracias Señor, deseamos devolver al mundo tanto bien recibido y hacerlo desde la alegría, el agradecimiento. El símbolo de hoy son estos pasaportes y estas sandalias. Los pasaportes quieren ser la llave que nos permita servir en las fronteras con “paso firme, después de poner la mirada en el mundo exterior a nuestras comunidades locales y tras escuchar la llamada de los hombres y mujeres que pisan nuestras calles y barrios...” como nos alentaba el Consejo Ejecutivo en la convocatoria de esta Asamblea Nacional de CVX en España. 


Te damos gracias porque este paso firme hacia delante lo damos juntos, como Cuerpo Apostólico y de Tu mano, Señor. 
Las sandalias quieren significar el camino que reanudamos para dar la respuesta que Tú nos pides. Son sandalias porque necesitamos sentir la tierra bajo los pies, es preciso el contacto con la realidad y necesario el seguir tus pasos. También vemos las piedras colocadas en forma de Mojón del primer día, decoradas ahora por los niños, decoradas con el camino que ellos han realizado durante estos días. Es el momento de que cada una de las comunidades que hemos estado reunidas entorno al Señor y Su misión, cojamos una de las piedras que nos recordarán la unidad en el camino que retomamos juntos, de la mano del Señor, cada uno desde nuestros lugares de origen.