"Hagamos encajar nuestros deseos con los de Dios"

Las pautas de la guía de la asamblea en este penúltimo día han ahondado en la intensidad que aún queda por delante. "Los espíritus se van y nos van moviendo. Las consolaciones (inspiraciones, alegrías, sueños) y las tentaciones (pereza, laxitud, miedo, desconfianza de los otros o incluso de nosotros mismos). Pidamos a Dios sabiduría para interpretar estos signos y ponerlos en su sitio" ha dicho Amalia Campos. "Que los que hacemos no nos distraiga de lo que somos. No lo olvidemos".
La guía ha invitado a los delegados a no alejarnos de lo verdaderamente importante. "No hay decisión, ni resultado, ni vida perfecta. Asumir la imperfección nos ayuda a vivir con calma la realidad. "Es peligroso medir a los demás en función de ti mismo y pretender que todos sigan el mismo camino", dijo san Ignacio. El humilde se sabe servidor de los otros y está atento a sus necesidades. Esto sirve para cuando hablamos de los destinatarios de nuestra misión y también por los que estamos aquí. Cuidémonos unos a otros. Sintámonos tocados por Cristo y enviados en el sentido universal. La meditación del Reino prepara y dispone a uno de los rasgos distintivos de la espiritualidad ignaciana: encargarse de los demás. Los deseos son la fuerza de la que emana lo mejor nuestro, hágamoslos encajar con los deseos de Dios, con los umbrales del reino.