Disposición de delegados

Amalia Campos, guía de la asamblea, ha centrado las claves para preparar y disponer a los delegados:

Salir "de tu tierra"... Despojarnos de etiquetas y matrículas, ir al encuentro del otro para así encontrar a Dios.

Entrar en modo oración... Hacer el camino de regreso a nuestro interior. Esta es una experiencia personal, no se puede delegar.

Cuidar el espíritu discerniente... Hacernos indiferentes y disponibles para elegir.

Escuchar silencios y palabras... Atención, escucha, percepción consciente de lo que sucede dentro y fuera de nosotros, permanencia en el presente, acogida consciente de la palabra silenciosa de Dios.

Ser humildes... Para dinamizar el cambio. La humildad es la maestra que nos enseña a ser alegres, por permitirnos realizar el bien que está a nuestro alcance en cada momento.

Mimar la dimensión comunitaria... Para resituarnos en la dinámica del auténtico servicio.

¿De qué manera?

Desde por la mañana, concienciar adónde voy a qué y ofrecer al Señor el día.
Al terminar cada jornada no olvidarnos del examen del día, para cuidar lo que voy viviendo y desde dónde lo hago.
Poner todos los sentidos en lo que estamos haciendo en cada momento, "pisamos tierra sagrada".
Cuidar los silencios, el interior y el exterior. Ser una asamblea orante.
Que lo que hagas no te distraiga de lo que eres.
Afinar las comunicaciones: mimar los encuentros, cuidar, los diálogos, ser conscientes de nuestros gestos.
No intelectualizar, mantenerse en clave de lenguaje espiritual.
Mantener una actitud activa y propositiva en los grupos y cultivas la disposición de escucha y humildad.
Tomarnos en serio las lecturas o trabajos propuestos durante la asamblea, siendo fiel a los horarios y actividades que se nos proponen.