Evangelio según San Marcos 2,23-28.

Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?". El les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?". Y agregó: "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado". 
En los próximos días se celebrará en la ciudad suiza de Davos una importante reunión en la que participan las principales personas e instituciones de mayor influencia económica de todo el planeta. Por este motivo, la ONG Intermon Oxfan ha publicado un informe espeluznante, bajo el título “Gobernar para la élites: riqueza extrema y abuso de poder”, del que se extraen entre otras muchas, dos conclusiones:

  • que el 1% de la población acumula la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, de tal modo que 80 individuos poseen la misma suma que 3570 millones de personas y
  • que la masiva concentración de los recursos económicos en manos de unos pocos supone una gran amenaza para las democracias.


Efectivamente, tal como denuncia este informe, cada vez nos alejamos más de la sociedad que reivindicaba la Revolución francesa de 1.789 bajo el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y que, de una u otra forma, ha sido la inspiración de todos los sistemas democráticos modernos.

La fraternidad universal de todos los hombres y mujeres a la que aspira, entre otros, el cristianismo, se ha ido escorando totlmente hacia un sistema de una profunda desigualdad, donde una cada vez más reducidísima élite es la que maneja los destinos de una muchedumbre creciente. Y aunque esto interesadamente se quiera ocultar por quienes se benefician de ello, no podemos cerrar los ojos ante una evidencia tan grande como que “esta economía mata”, dicho esto en palabras del Papa Francisco.

Hay que volver a decir, más alto si cabe, que es inadmisible esta perversión. La economía debe estar siempre al servicio del hombre, y no al revés, como es evidente que sucede. Y especialmente, de los hombres y mujeres que más necesidades tienen, de los que son más vulnerables.

Por eso, la famosa sentencia del evangelio de que “no está hecho el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre”, tendríamos que expresarla hoy como que “No está hecho el hombre para servir a la economía sino la economía para servir al hombre”. Y este principio nos debe servir como criterio fundamental para poder tomar nuestras decisiones, y adoptar nuestras posiciones.

Dentro de pocos meses empezaremos el carrusel electoral, que va desde las elecciones al parlamento europeo hasta las de las Cortes Generales, pasando por las autonómicas y locales, así que conviene tener presente este criterio a la hora de determinarnos por una u otra opción.

Pedro Bolaños, desde CVX en GC