¿Por qué creo en la política (y en los partidos políticos)?

REFLEXIONES DEL CURSO DE FE Y POLÍTICA

Escribo estas líneas a los pocos días de haber participado en este curso que creo ha sido un signo de Esperanza. Podemos identificar muchas causas de desolación; parece que estamos ante el final de toda una Era: la del crecimiento económico y el del desarrollo de la democracia.

Si queremos remontarnos en el tiempo, podemos pensar que estamos en algo más de una evolución de lo que marcó el desarrollo y crecimiento económico a partir de la Revolución industrial y paralelamente la creación del Estado de Derecho y la democracia representativa.

Vivimos un momento de desilusión e indignación, de fuerte desafección de lo institucional. Sabemos que las cosas no van a ser iguales y tenemos una gran incertidumbre ante el futuro. Pero esto supera nuestras fronteras y nos encontramos con multitud de crisis en el mundo, sobretodo de esperanza. En esto, como en tantas otras cosas, nuestra pequeña Europa es una pequeña isla en un ancho mundo, cuyo epicentro cada vez está más lejos. Todo pasa muy rápido y muchas cosas se pierden a la velocidad de un tweet. Nos contagiamos de la ilusión de la Primavera Árabe y tristemente ya vemos las primeras  hojas de su otoño.

De tanto querer elevar la Torre de Babel, ni hemos tocado el cielo ni nos entendemos ya los unos  a los otros.

Estos días en Barcelona, mucho hemos oído, reflexionado, debatido y ante todo, rezado sobre estas cuestiones: pobreza, desigualdad, exclusión, cambio de modelo, democracia real (directa, representativa…)

Para mí, lo más importante es que personas muy diversas (con pluralidad, de realidades geográfica, laborales, ideológica, de presencia en movimientos sociales y partidos políticos de todo el espectro político); unas desencantadas, otras que buscaban discernir su proyecto, algunos que ya estábamos embarcados en alguno que otro; pero a todos nos unía las ganas de cambiar la realidad.

Hace un par de meses, Mariano Pérez de Ayala hacía referencia a la cita de Mardones: “A una fe que busca la justicia le interesa la política”. En este momento, la política es un clarísimo campo de frontera.

Muchos autores hablan del paso del Estado de Bienestar a la Sociedad del Bienestar. Se necesita que todos estemos presentes en el espacio público, bien sea en movimientos sociales, en partidos o simplemente caminando con ojos críticos y constructivos. Esto es hacer política.

Lógicamente esto requiere de un gran esfuerzo. Todo tenemos problemas, cargas.

Hay que posicionarse y arriesgar, pero sin la presencia y el impulso de todos, no va a ser posible.

Lógicamente nosotros tenemos grandes ayudas. La oración, una Comunidad que nos acompaña… Yo sin el acompañamiento de mi grupo y de la Comunidad  tampoco tendría fuerzas.

Hay muchas esferas en nuestra  realidad actual. No podemos negar el papel que tienen los avances de todo tipo (en tecnologías de la información, economía, biotecnología), pero no hay ninguna esfera como la de la palabra y el entendimiento y hay juegan un gran papel los partidos políticos.

No es su mejor momento, juegan en un campo en el que hay muchas tentaciones (el mal espíritu que siempre saber por dónde colarse, el perfume del poder), pero sin duda no hay ningún espacio público como el suyo para poder participar de eso que siempre ha movido tanto a la humanidad: la gestión de lo común.

Habrá que repensar mucho su relación con el resto de la sociedad y cómo poder concretar este nuevo espacio público, en un mundo que no será ni como lo habíamos vivido ni siquiera como lo esperábamos,  pero lo que está claro es que los cristianos estamos llamados a con acciones concretas, de una forma sencilla a construir una sociedad más humana y justa.

Jorge Emperador de CVX Pepo Olmos, Zaragoza.