El pasado sábado 21 de Septiembre, la CVX en Tenerife nos reunimos para celebrar la asamblea de "principio de curso", con la que queríamos retomar y concretar el camino recorrido hasta nuestro último encuentro comunitario, que fue el pasado 8 de Junio. En esta ocasión nos reunimos en la Casa de la Juventud diocesana, ya que la Casa Manresa nos había sido solicitada para el fin de semana, pero a pesar de estar más "estrechos" tanto los mayores como "la chiquillería", fue una jornada intensa y provechosa.
Los tres equipos apostólicos en los que quedó estructurado el PAC comunitario celebraron su primera reunión por separado, para ir comenzando su andadura. Finalmente son tres:
-Espiritualidad (que engloba al actual equipo gestor de la Casa Manresa)
-Solidaridad y Presencia Pública
-Familia
La tarde la dedicamos a preparar la próxima Asamblea Regional de la CVX Andalucía-Canarias que será a finales de Noviembre en Sevilla. Se recogieron aportaciones a los documentos enviados por nuestros compañeros/as del actual Consejo Territorial. Un momento especial fue el de la Eucaristía celebrada a mediodía, en la que nuestro compañero Miguel Angel Rojas enlace con el equipo de migraciones de CVX-E, formuló su compromiso temporal en la CVX. Al realizarlo, mencionó e hizo presentes a los jóvenes inmigrantes con los que trabaja en el proyecto "Don Bosco", que la Congregación Salesiana dirige en Tenerife.
También, nuestro asistente Pedro Cambreleng sj, nos explicó los A avatares de la misión apostólica que la Compañía de Jesús le ha encomendado como acompañante de EE. Esta misión le llevará en los próximos meses a estar más lejos físicamente de nosotros, pero ya nos dijo que nunca "descuidados" por la Compañía... Gracias Pedro a ti, y a la Compañía de Jesús.
Vemos con ilusión el futuro, al tiempo que no dejamos de ser conscientes de nuestras limitaciones. La misión siempre es algo que "nos sobrepasa"... Pero todos tenemos la percepción, especialmente de un tiempo a esta parte, de que Dios nos va guiando y "madurando". En sus manos nos ponemos y en las de María, la primera acompañante de la Iglesia.