“Los Ejercicios Espirituales son todo lo mejor que yo en esta vida puedo pensar, sentir y entender, así para el hombre poderse aprovechar a sí mismo como para fructificar, ayudar y aprovechar a otros muchos” (San Ignacio de Loyola)
Los 12 miembros de CVX que hemos asistido venidos de diversas comunidades de casi toda la geografía española hemos sido: Sergi de Lleida; Concha y Mª Carmen de Madrid-Galilea; Matilde de Madrid-Caná; Mª Carmen de Málaga; Isa y Manuel de Sevilla; Rafael del Centro Arrupe de Sevilla; Dita, Juan y Susana de Valladolid; Porfi, religiosa calasancia que vive en Daimiel; y nosotros, de Jerez-Madre de Dios.
"Cuando un miembro del Cuerpo sufre, todos sufren con él" (1 Cor 12:26), y así nos sentimos días antes de comenzar la experiencia al enterarnos de la muerte repentina de Lourdes (de la Comunidad CVX-Galilea en Madrid), que este año iba a hacer la Segunda Semana con nosotros. Unidos en la oración, seguimos rezando para que ella, en los brazos de Amor del Padre, sea ahora quien interceda por cada uno de nosotros para seguir siendo fieles a la vocación recibida y a la misión encomendada.
Estos días han sido una ocasión propicia para ordenar nuestras vidas, plantearnos más en serio la vocación apostólica y disponernos a elegir el plan que Dios quiere para cada uno de nosotros. Además hemos tenido la posibilidad de visualizar y vivir la universalidad de CVX junto a otros compañeros de misión más allá de nuestra comunidad local.
Agradecemos de nuevo al Consejo la posibilidad de haber vivido esta experiencia y, sobre todo, al Equipo de Acompañantes, formado por Miguel Campo SJ, José Antonio Suffo, Vicente Garrido y coordinado por Pablo Ruiz SJ, nuestro Asistente de CVX-E, por su generosidad, acompañamiento y su ser instrumento del Señor. Junto a la casa del Centro de Espiritualidad de Salamanca (CES), que ha ayudado mucho por sus espacios y jardines, su tranquilidad y su personal siempre tan atento para sentirnos cuidados también en lo material.
Hemos descubierto también que debemos disfrutar de la vida intensamente y tener una mirada positiva hacia lo que nos ha tocado vivir, sin horizontes cortos, para poder entenderlo, no sólo desde la cabeza, sino sobre todo desde el corazón.
Ya, frente a nuestra vida ordinaria, nuestro sentimiento es de acción de gracias por tanto bien recibido y pedimos al Señor la gracia de la perseverancia y la actitud que mantuvo Ignacio como buen peregrino siempre buscando la voluntad de Dios en su camino.
Un fuerte abrazo y buen comienzo de curso,
Ana y Jesús de Jerez-Madre de Dios