Pedro Alonso, de CVX-Tenerife, nos habla de economía... y otras cosas.
Se habla mucho de
economía hoy en día. Bueno, se habla y se “hace” economía, tanto es así que
parece que todo lo existente gira alrededor de esta palabra. Y yo creo que aquí
puede estar el peligro, porque cuando hacemos de la economía un fin en sí
mismo, desenfocamos el asunto porque es y debe ser un instrumento al servicio
de las necesidades de las personas.
Es curioso que Jesús
se metiera tanto con el dinero, hasta el punto de considerarlo como el rival
directo de Dios: “no pueden servir a Dios y al dinero” nos dice el evangelio de
San Lucas, y también aquello de “donde está tu tesoro allí está tu corazón” (Mt
6,21). Pero a lo que Jesús se refería era precisamente a esa absolutización del
dinero como valor a lo que todo lo demás de pliega y supedita, ya que es
entonces cuando de medio pasa a ser fin y nosotros sus servidores. Es la
deshumanización a la que se refería Jesús. Porque el dinero es bueno cuando
sirve a la gente, y se hace pan para la familia, educación para los jóvenes, y
vida digna y humana para todos. Ese dinero está cumpliendo el plan de Dios y es
un dinero “sagrado” porque hace crecer y desarrollarse al ser humano como
persona, como ser social, como imagen de Dios. Hace unos días veíamos a padres,
profesores y alumnos de la educación pública echarse a la calle protestando por
los recortes en educación. Verdaderamente es curioso que se considere un
“gasto” pagar a más y mejores profesores e “imprescindible” adquirir una
partida de armamento de última generación. Son las aberraciones a las que
conduce desenfocar el asunto del dinero que les decía al principio. Es poner el
mundo al servicio de ese concepto abstracto de la “economía” que se concreta en
ponerlo al servicio de quienes manejan sus hilos. Es la deshumanización de la
que también vino a liberarnos Jesús.
(Publicada en la web
de la Red Ignaciana de Canarias Anchieta el 8 de junio de 2013 http://www.redanchieta.org/spip.php?article1071)