Jn 10, 27-30
27 Mis ovejas escuchan mi voz: yo las conozco y ellas me siguen, 28 yo les doy vida definitiva y no se perderán jamás ni nadie las arrancará de mi mano.Como Jesús, podemos hacer nuestra la misma vida de Dios. Fray Marcos.
29 Lo que me ha entregado mi Padre es lo que más importa, y nadie puede arrancar nada de la mano del Padre.
30 El Padre y yo somos uno.
Escuchar y seguir a Jesús. J. A. Pagola.
Pastor y rebaño, las trampas de una imagen. E. Martínez Lozano.
La persecución, una constante de la primera Iglesia. J. E. Galarreta.