Lali García, de CVX-Tenerife, nos cuenta su oración al Espíritu por el futuro Papa.
Hace unos días el Papa anuncia su dimisión como tal, creo que, siendo o no católico, la noticia sobrecogió a la sociedad en general, por lo inusual, por lo inesperado, por tantas incógnitas que comenzaron a surgir.
Es curioso, que en
los tiempos que corren, de “crisis” que llaman muchos, de cambio, estructural,
económico, social, personal, tome un cariz también igualmente importante, y a
la par, el cambio espiritual, y que se pone de manifiesto no sólo en la
búsqueda en la que andamos inmersos los seres humanos, -en busca de sentido en
todo este caos que nos ha tocado vivir-, sino que se hace aún más evidente en
el cambio papal más sorprendente de la historia.
Según la filosofía
oriental, crisis es momento de oportunidad. En esta línea, es una nueva oportunidad
para la Iglesia. Esperando que esta nueva etapa ayude a cristalizar una Iglesia
más acorde con los tiempos, amorosa y cercana con el sufriente como nos mostró
el mismo Jesús a lo largo de su vida.
Estar acorde con los
tiempos, no es rebajar el mensaje, no es hacer un Dios a la medida de cada uno,
ni buscar contentar a todos. Estar acorde con los tiempos precisamente,
requiere denuncia. Requiere posicionarse de tal manera con el que menos tiene,
que el poderoso tiemble. Requiere abajarse con el más débil para juntos
construir el Reino.
Significa ser una
Iglesia acogedora, donde haya cabida para los que todos rechazan y nadie
quiere; las prostitutas, los recaudadores de impuestos, los ladrones,…los
homosexuales, los divorciados, las madres solteras… Todos aquellos que nos
recuerdan nuestra propia fragilidad y que, ante todo, está el ser humano,
porque “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Y así mostrar
lo mejor de nosotros mismos, porque nos reconocemos iguales, “pecadores” (en su
origen, “lejos de Dios”) anhelando encontrarnos con Él, eso es lo que yace en
el fondo de cada uno al final, la esencia.
Se acercan tiempos de
decisiones importantes, que el Espíritu sople sobre los que tienen ese poder de
decidir, alentados sólo por las palabras de Jesús “ustedes son la sal de la
tierra…ustedes son la luz del mundo”. Confiando en que Dios deposita su mano y
nos muestra el camino, con lo imperfectos que somos, hacia un mundo de paz,
amor y justicia. Porque ya nos lo dijo Cristo “Pidan y se les dará, busquen y
encontrarán, llamen y se les abrirá”.
(Publicada en la web de la Red Ignaciana de
Canarias Anchieta el 27 de febrero de 2013 http://www.redanchieta.org/spip.php?article1044)