Pedro Crespo, de CVX-Tenerife, nos comparte su reflexión a partir de esta pregunta.
Cuando se me planteó
que intentase dar respuesta a esta pregunta mi primera tentación fue buscar
posibles peticiones y deseos para el futuro pontífice, pero esa no era la
pregunta. No es lo mismo pedir algo a alguien que pedírselo al Espíritu.
Me vienen en
principio peticiones generales que intento reusar, suelo ir más a lo concreto,
pero luego me doy cuenta de “para quién voy a pedir”. No se trata de un
cualquiera, se trata de una persona que va a representar a nuestra iglesia en
unos momentos en los que “los palos” y críticas, en algunos casos con buenas
justificaciones, no dejan de caernos, en unos momentos en que el mundo necesita
de una iglesia que ayude a construir el proyecto de Dios. Por tanto sí que
tiene sentido pedir “algo general”.
Después de
reflexionar y anotar varias peticiones, creo que la que recoge mejor mi sentir,
la que puede ayudar más a la iglesia que va a liderar nuestro nuevo Papa, la
que sin duda ayudaría a que la iglesia ayude más y mejor a este mundo, es que
el Espíritu le regale el don de priorizar la búsqueda de la voluntad de Dios,
desde la sencillez.
Se trata de una
petición que podría valer para cualquiera de los que intentamos ser cristianos,
en un mundo en el que “no está de moda”, en el que consumir y “tirar pá lante”
es lo que se estila. Sin duda que a todos nos vendría bien el referido “regalo
del Espíritu” pero, si se le regala a nuestro futuro Papa, estoy convencido que
ayudará a que la Iglesia se vaya acercando a la que Jesús nos pidió que
construyésemos.
(Reflexión publicada
en la web de la Red Ignaciana de Canarias Anchieta el 24 de febrero de 2013 http://www.redanchieta.org/spip.php?article1040)